Este viernes, día 1 de noviembre el buque de aprovisionamiento de combate (BAC) «Cantabria» abandona aguas australianas después de haber permanecido en aquella zona durante varios meses. El buque concluyó su última navegación en el despliegue realizado en 2013 en Australia, tras finalizar su participación en los ejercicios multinacionales «Tritón Centanary 2013″ (TC-13). El buque se encuentra ya atracado en el «muelle de cruceros» de Garden Island en Sidney, la que ha sido su base adoptiva desde mediados del mes de febrero, preparándose para su largo viaje de regreso a España que emprenderá este viernes.
Antes de atracar en su base de Ferrol, visitará los puertos de Jakarta (Indonesia), Goa (India) y Aksaz (Turquía).
Antes de entrar en Garden Island el «Cantabria» hizo una parada logística en el muelle de Chowder Bay para efectuar el último relleno de combustible con vistas a las singladuras de vuelta a Ferrol.
Vida a bordo, casi de vuelta
En la sección «vida a bordo» , en la que podemos ir conociendo los «dimes y diretes» de las actividades de la tripulación del «Cantabria» ya se atisba la despedida de aguas australianas.
Su comentarista señala » Resulta extraño mirar los escaparates de las tiendas, que ya rebosan de adornos navideños, y al mismo tiempo observar tu reflejo dorado con ese tono que sólo el verano deja en la piel.
Estamos en los últimos días de octubre, y en nuestros últimos días en Australia. Navidad se acerca con la misma velocidad que el verano hace presencia en estas latitudes, y mezclamos los calcetines rojos con borlas, con la arena de las playas de Manly y Bondi.
Del mismo modo, los preparativos para nuestra partida son constantes y apremiantes. Aun nos faltan cosas por recibir y alistar, y el viernes ya asoma la nariz por la puerta.
Desde que regresamos de navegar los días no han sido de descanso, pues desde primera hora de la mañana hemos tenido que realizar una puesta a punto del barco que nos permita regresar a casa en las mismas condiciones en las que llegamos. No es una tarea difícil, puesto que el duro trabajo realizado hasta ahora, muestra sus frutos teniendo que limar tan sólo mínimas “asperezas” que surgen por el inexorable paso del tiempo, del que nada ni nadie puede escapar.
Al mismo tiempo, las tardes son un trasiego constante de gente subiendo y bajando del buque para realizar las últimas compras, los últimos regalos. Aunque hemos estado aquí diez meses, son muchas las cosas que nos quedan en el tintero, y aprovechamos estas últimas horas para desgranar esta Sídney de la que a veces somos parte y a veces somos simples turistas.
Por supuesto, trabajo y salidas han convivido con actos de despedidas, como la barbacoa que hoy compartimos con el HMAS Parramatta, los miembros de la RSL, nuestro apoyo en tierra, HMAS Kuttabul, y el Defence Support Team. Parte del personal con quien hemos compartido tiempo y esfuerzo.
También tuvimos actos sociales de envergadura, como la Gala Anual de la Cámara de Comercio, que este año premió a sus invitados con el “plus” de celebrar semejante acto en un buque militar con vistas a la Sydney Opera House y al Harbour Bridge. ¿Qué mejor manera de afianzar las relaciones comerciales entre ambos países? El buen jamón y el queso, con vistas de postal, siempre obran maravillas.
El reloj ahora corre deprisa, las horas se escapan por las rendijas de las puertas y el sol parece querer ocultarse antes. Apenas cuatro días nos separan del mar abierto y de nuestro largo camino a casa, tan esperado.
Mientras, pasearemos una vez por las calles de esta ciudad mirando extrañados los enormes árboles de Navidad.»