Es el momento de la palabra no de las malas formas

Pedro Emilio Sanz Sánchez-director.-

Yo no se si existe “indecente desinterés” del concello de Ferrol en torno al sector naval. Nunca me atrevería, porque sería un osado salvo que lo hiciese por ideología política, a decir semejante insensatez.

Nadie en sus cabales puede pensar que unos dirigentes políticos elegidos por mayoría absoluta ante la desfeita del gobierno anterior pueden mostrar desinterés por los temas tan transcendentales para la ciudad como es el sector naval.

Sin quitar ni poner rey, y no me duelen prendas al decirlo, estoy más que seguro que los ediles municipales como los anteriores, como todos los que se precien ser «hijos de buena madre” se han preocupado y se preocupan por mejorar con mayor o menor acierto, a nuestra ciudad e incluso por extensión a su comarca.

Es insensato acusar por acusar y máxime en unos momentos en los que no estamos para romper sino para unir.

Esta corporación, a la que yo he criticado en numerosas ocasiones y que a veces me costó y me cuestan las “malas caras” de amigos de siempre, lo que está haciendo es tratar de recomponer una ciudad que estaba en bancarrota, hundida en todos los sentidos y a la que se le está dando una limpieza de cara que mucho le hacía falta.

¡Que no vengan ahora los tirios ni los troyanos a criticar que si esto se hace mal, que si esto no hacía falta, que si patatín que si patatán. El gobierno municipal está cumpliendo sus promesas electorales, apoyadas por esa mayoría que decidió darles su voto, y.-… Santas Pascuas!.

Si es cierto que no todo sale bien, que el tema naval es una “patata caliente” que han dejado abrasar los anteriores gobiernos socialistas , años enteros viviendo de unos contratos, sin buscar más, y que ahora al acabarse es muy difícil encontrar otros nuevos porque lo que se podía hace ocho años, ahora en plena crisis resulta casi imposible.

Por eso… no es momento de calentar y ponerse “en la situación de los vecinos” para preguntar el porqué el ayuntamiento permite la destrucción de la primera empresa de la ciudad. No creo que así sea, lo que hay que preguntar a los vecinos es el porqué han aguantado lo que aguantaron , premiando a quien no debían y de aquellos males … llegaron esos posos.

¿O es que somos tontos o nos toman por tales?.

¿Hace falta estar tan ideologizado como decir que el señor Quintanilla mantuvo una aptitud de dignidad colectiva? ¿O es que no nos acordamos que ante la reconversión de la actual Navantia él dijo que entre “el gobierno y su partido estaba su ciudad” y al final vino la reconversión y el no dijo ni pío ( con todos mis respetos personales para el doctor Quintanilla q.e.d.) y continuó en la poltrona municipal.

Por eso tampoco llego a comprender la actitud de determinadas personas del sector trabajador  de Navantia que se dedican a boicotear los plenos municipales. No todos, desde luego, porque de los asistentes al último pudimos ver y oír como la mayoría de los insultos partían de personas ajenas a esa empresa y sí ligadas a determinados movimientos y grupos en los que parece  que son como el perejil, están en todos y en todo.

No es el momento de los insultos, de las interrupciones de los plenos, de las pancartas, no es el momento de buscar por determinados personajes que se dicen políticos (profesionales que buscan vivir de la política), meter cizaña buscando el voto fácil del débil, sino de la unión, de que venza la palabra reivindicativa, pero la palabra, y sobre todo… de las buenas maneras.

Conozco a muchos dirigentes sindicales, y se que piensan en un futuro digno, en el diálogo, en las buenas maneras y sobre todo piensan “en ferrolano”.

Esta es una buena semana , el viernes día 4  se celebra la festividad de san Francisco de Asís.

“Allí donde reinan la quietud y la meditación, no hay lugar para las preocupaciones ni para la disipación.” Nos decía el santo, admirado por creyentes y no creyentes.

Meditemos en quietud, luchemos en buena lid y esperemos que vengan , no a mucho tardar, mejores tiempos, pero siempre… con la palabra digna, no con el insulto, el agravio y el mal hacer.

Y finalizo , para quien sabe que va dirigido a él .” Entretenerse en buscar defectos al prójimo es prueba suficiente de no ocuparse apenas de los suyos propios” (San Francisco de Asís).