Andrés Lapique Dobarro nació en Ferrol el 1 de octubre de 1947 – (+ Madrid, 22 de diciembre de 1989) fue un cantautor español en gallego.
Nació en el seno de una familia vinculada a la Armada Española, pero él decidió dedicarse a la música.
Andrés do Barro tuvo el mérito de ser uno de los primeros cantantes que usaron el gallego durante la dictadura del general Francisco Franco, llegando a conseguir un número uno en gallego en 1970 con su canción “Corpiño xeitoso”. Hasta ahora nadie ha conseguido colocar otro número uno en una lengua cooficial española.
Fue protagonista de la película «La red de mi canción», rodada en español a las órdenes de Mariano Ozores y con Concha Velasco y Los Sprinters, donde fue doblado por un actor de doblaje profesional, pero donde sus canciones aparecían en gallego y con su propia voz.
Falleció víctima de una cáncer hepático a los 42 años de edad.
De él dice Fernando Fernández Rego:
En un presente en el que parece que hay una tendencia generalizada a la prospección en los orígenes, en el que Los Planetas miran sus raíces flamencas en “La Leyenda del Espacio” (RCA, 2007), Nacho Vegas en las asturianas con el proyecto “Lucas 15” (Lloria / PIAS, 2008), me parece necesario revisar la figura de Andrés Lapique do Barro (Ferrol, 1947 – 1989), conocido artísticamente como Andrés do Barro, uno de los primeros cantantes que utilizó el gallego durante la dictadura franquista, y aunque en cierto modo parece que quedó en un segundo plano, quedando su legado reducido a descuidados discos recopilatorios, su figura es muy importante para entender el desarrollo de la escena gallega, ya que en él está el génesis del pop en Galicia.
Un pop meláncolico y atemporal con tintes folk que con el paso del tiempo ha ido ganando frescura. Hoy es reivindicado como una referencia ineludible de la música gallega, como un icono pop, reivindicándose también su modernidad, su labor pionera en la fusión de la música popular con el pop para erigirse en un “neotrovador del siglo XX”, como lo definió Xavier Álcala, gran amigo de Andrés y autor de algunas de sus grandes canciones como “Teño saudade”.
Así, surgieron a lo largo del 2007 iniciativas como el Manifiesto del Dobarrismo, disco homenaje incluido, “Manifesto Dobarrista: Un Disco Tributo a Andrés do Barro” (Falcatruada, 2007), en el que intervienen hasta treinta grupos de la escena indie gallega actual, destacando a The Homens, Los Iribarnes, Quant, Niño y Pistola, Safari Orquestra, Fanny + Alexander y Todo el Largo Verano. Y se ha estrenado el documental sobre su vida “O Tren que me leva” (2008) producido y dirigido por Anxo Fernández.
Todo comenzó el 3 noviembre de 1969, día señalado en el que aparece el single que contiene “O tren”, entrando directamente al número uno en España, y siendo la primera canción en gallego en conseguirlo. Posteriormente Siniestro Total, harían una versión que incluirían en el disco “Siniestro Total II (El Regreso)” (Dro, 1983).
No utilizó el gallego como arma política
Es importante destacar que no utilizó el gallego como arma política, sólo buscaba, como afirma en su primer disco, dignificar su idioma materno, reivindicar un lugar para el gallego en la música popular: “Me llamo Andrés Lapique do Barro y os presento unas cuantas de mis canciones. Hoy son en gallego porque así las he sentido y porque quiero colaborar con todo interés y cariño a dignificar mi idioma materno, caído durante muchos años en el más cruel menosprecio”. Tampoco buscó la popularidad, sino que ésta le vino por accidente y quizás no fuera capaz de asimilarla.
Utilizó un pop contagioso con reminiscencias folk en el que su voz transmite emociones, y su delgada figura fragilidad, como un Tim Buckley gallego, con ojos tristes y mirada desvalida. Así, tras varios reveses y encontronazos con discográficas debidos a la utilización del gallego, llega su oportunidad de la mano de RCA, tras un primer contacto con la discográfica catalana EDIGSA. Se publica “Me Llamo Andrés Lapique do Barro” (RCA, 1970) y rápidamente se convierte en un ídolo con temas como “O tren”, “Corpiño xeitoso” y “San Antón”.
El repentino e inesperado éxito que llegó con “O tren”, lo lleva al cine en “En la Red de mi Canción (Mariano Ozores, 1971), junto a Concha Velasco y Los Sprinters -su banda de acompañamiento-, en una aventura cinematográfica que fracasó y en la que fue doblado por un actor de doblaje profesional, aunque su canciones mantenían su voz. Este mismo año sale ¡Pum! (RCA, 1971), consolidándose con temas como “Pandeirada” y “Meu amor”.
Tras cambiar por completo los músicos que lo acompañan -sólo repite el batería Chupi- publica su último disco, “Andrés do Barro” (Belter, 1974), y esta revolución también afectó a su música, que ya poco tiene que ver con sus discos anteriores, volcándose en la canción ligera y perdiendo esa frescura que lo acompañaba, perdiendo, por tanto, su esencia.
En 1976 vino el silencio, un profundo silencio que terminó el 22 de diciembre de 1989 con su muerte en Madrid a consecuencia de una cirrosis. Finalmente como cantaba años atrás, hizo su casa en el cielo. Podríamos entrar en el malditismo, hablar de drogas y alcohol, de su declive en Méjico -en donde residió hasta el 84-, pero considero que de lo que debemos hablar es de su música, ya que ese es el gran legado que nos dejó.
Póstumamente, saldrían los recopilatorios “A Saudade na Memoria” (BMG, 2001) y “Todas sus Grabaciones».