Pedro Emilio Sanz Sánchez, director
“Donde mora la libertad allí está mi patria” (Benjamín Franklin, científico y político estadounidense)
El comentario semanal, entre lunes y lunes, va a ser de lo más reducido. Simplemente quisiera referirme a la libertad, tan pregonada, y a la manera de interpretarla algunas personas.
Va dirigida a la grave situación por la que está pasando la comarca ferrolana, no solamente Ferrol, a causa de la crisis en el sector naval.
Desde distintos puntos, desde distintos sectores (laborales, políticos, culturales, sociales) se están ofreciendo todo tipo de opiniones sobre el “como estamos y a donde vamos” , si esto no se remedia.
Esa es libertad, libertad de expresión, libertad de acción, que NADIE debe coartar, ni incluso diría criticar. Todos en estos momentos aportan según su mejor hacer y saber ideas, críticas positivas, acciones encaminadas a la búsqueda de soluciones o por lo menos a aportar ideas que puedan ser utilizadas camino de esa salvación comarcal.
Los “señores” de Navantia … si, los que está apoltronados en Madrid y quiérase o no se “han dormido en los laureles” no dan soluciones, ofrecen un parche calmante “ni despidos, ni supresión de centros de trabajo” y cual cisnes nos hablan de “futuro”.
Pero es que aquí, en la tierra, no en el aire como están esos señores, lo que se quiere son hechos, ver contratos, ver como pronto se puede cortar chapa, ver como los trabajadores de auxiliares podrán volver a sus empresas, y sobre todo ver como hasta donde es posible vuelve la tranquilidad familiar.
¿Pero a qué viene eso de la libertad?. Pues a que , pienso yo, hay que saber emplearla, no vale aquello de “yo libre, tu te j….”.
Libertad significa que tal o cual central sindical o partido político, por ejemplo, pueda hacer todo tipo de acciones en defensa de lo naval, según su mejor saber y entender.
Unos lo hacen cortando, con neumáticos“ardiendo”, la autopista perjudicando a muchos ciudadanos , pero…”es su libertad», aunque en boca callada , por si acaso, reciben todo tipo de críticas a pesar del apoyo total ciudadano a su causa.
Otros emplean su libertad en ir a Madrid y olvidándose a que partido pertenecen se manifiestan contra su mismo partido, el que sostiene en sus cargos a los elefantes directivos de Navantia. Es su libertad, pero..algunos no lo comprenden, o…les duele que “los de derechas” también protesten. Otras decían que se iban a encadenar y aun estamos a la espera, claro que cuando gobernaba su partido y ya se veía lo que iba a suceder no decían ni pio.
¿Pero hasta donde llega la libertad? ¿A convocar a todos los ciudadanos a una manifestación y consiguiente concentración y aprovechar para el ataque al partido al que una parte de los asistentes a esos actos pertenecen?
¿Una convocatoria unitaria se puede romper permitiendo todo tipo de pancartas, banderas no constitucionales, insultos, etc, contra, es así, una parte de los propios participantes?
Decía el domingo un ciudadano ya mayor y defensor de lo ferrolano..”¿Pero para esto he venido a la plaza de Armas? ¿Los partidos de la oposición están disfrutando porque los de navantia les abren camino sin romperse ni marcharse”
¿No sería mejor haber convocado a los que están en contra del gobierno?¿No sería mejor dar un aviso diciendo a los ciudadanos que no hagan caso al bando municipal en el que el alcalde animaba a TODOS a acudir a los actos convocados?
Si eso es libertad…venga Dios y lo vea.
Quisiera que algunos de los que se permiten escribir artículos como el anterior tuviesen antes bien claro lo que implican, significan y las claras diferencias que separan los distintos sistemas económicos que cada quien defiende desde su libertad.
Las políticas liberales que defienden PP y PSOE cediendo a los mercados y mercaderes todo el protagonismo, no son las mismas políticas que defienden los Verdes, I.U. ó B.N.G., partidos progresistas donde lo publico gestionado desde la lealtad a los votantes es primordial para cohesionar todo el territorio nacional con sus distintas identidades.
El querer estar en las dos orillas a la vez es un ejercicio de equilibrio peligroso, cinismo y deslealtad por el que apuestan ciertos políticos con tal de mantenerse en el cargo o bien favorecer intereses ocultos que es al fin y al cabo un pseudo-poder en la sombra.
Creo que si todo esto lo tuviésemos presente y no nos dejáramos marear por lo opinadores de turno, partidos del siglo y otras distracciones seguro que nos iría mucho mejor.
Un saludo.