España saldrá de la crisis a pesar de Rajoy

Antonio Miguel Carmona-(director diario progresista)

El ciclo económico de España sigue una orientación clásica que ya forma parte, no sólo de nuestra historia económica, sino también de la serie de cuadros macroeconómicos que han ido sucediéndose en los últimos treinta años.

Dividamos nuestra economía en dos componentes: la demanda interna y la demanda externa. La demanda interna está compuesta por lo que gastan los ciudadanos (consumo) y lo que gastan las empresas (inversión). Es precisamente sobre la demanda interna es donde incide en mayor medida la política económica.

La demanda externa depende especialmente de nuestras exportaciones, ventas o ingresos del exterior que dependen en mayor medida de la salud económica de nuestros principales clientes: la Unión Europea.

No he parado de decir en diferentes medios que “cuando sube la marea todos los barcos flotan”. España sigue el ciclo económico del mundo como nación abierta que es. Cuando hay recesión internacional nuestra demanda y nuestra producción se derrumban, y, cuando se inicia la expansión, nuestro crecimiento sigue la senda de los demás países.

Por eso España sigue siempre la misma pauta en relación a la salida de la crisis tal como el economista Carlos Sebastián estableció en no pocas obras. En primer lugar observamos el crecimiento del resto de las naciones (1994), lo cual ocasiona que se aceleren nuestras exportaciones (1995) y que a través de la demanda externa crezcamos gracias a ellos.

Una vez que se ha encendido la mecha de la demanda externa, la demanda interna comienza a alumbrar (1994-2007) y el consumo y la inversión se animan a colaborar al crecimiento económico de nuestro país.

En estos momento está sucediendo lo mismo. El resto de naciones están creciendo mucho más que nosotros. El último trimestre Alemania se aceleró un 0,7%, el Reino Unido un 0,6% y Francia un 0,5%. Nosotros, víctimas de la política económica de Rajoy, lo hicimos en un -0,1%

Tomando datos de 2012 como ejemplo, nuestra demanda externa aportó al crecimiento económico de nuestro país, como es recurrente en el ciclo cuando el resto de los países crecen y el nuestro no, un +2,5.

Dado que nuestra demanda interna, consumo más inversión, están tan deprimidos como para restar a nuestro PIB un -3,9, el resultado según el Ministerio de Economía, es que nuestro PIB se retrajo un -1,4%

La demanda externa, entonces, nos está animando a ver la luz al final del túnel y eso ha hecho que el gobierno esté tirando cohetes promoviendo que todo tipo de periodistas repitan con buena fe lo bien que comenzamos a ir.

Ocultan que vamos bien (demanda externa +2,5) porque van bien el resto de países y eso alienta nuestras exportaciones. Ocultan que vamos mal (demanda interna -3,9) en aquellos componentes que sufren la política económica de Rajoy.

Una política financiera que nos llevó al rescate financiero (“no se pueden hacer peor las cosas”, les dijo Draghi). Una política fiscal que subió los impuestos a los trabajadores y a las rentas medias matando la demanda nacional. Y una política presupuestaria cuyos recortes de gasto no han logrado controlar el déficit y sí que han dado el último tiro de gracia a nuestra demanda agregada.

Y una reforma laboral que ha ocasionado la destrucción de numerosos puestos de trabajo –y por ende el derrumbe del consumo-, y una transferencia de renta de los trabajadores a los empresarios.

¿Saldrá España de la crisis? Por supuesto, siguiendo el ciclo descrito por Carlos Sebastián que llena de optimismo al Consejo de Ministros. Saldremos gracias a la demanda externa, gracias al crecimiento del resto de naciones y a pesar de la recesión de la demanda interna a la que nos ha abocado este gobierno.

Recuerden. Alemania crece trimestralmente al 0,7, el Reino Unido al 0,6, Francia al 0,5, mientras nosotros lo hacemos al -0,1% por culpa de la demanda interna y la política económica del Gobierno de la Nación.

Llegará el día en 2014 que los datos sean positivos y que, gracias al resto de los países, alentemos nuestro consumo y nuestra inversión, y logremos que la demanda interna, encendida por la mecha de la demanda externa, crezca.

A pesar de Rajoy. Cuando sube la marea… todos los barcos flotan.