En memoria del pintor Ricardo Pena, el maestro y el amigo

Carlos Barcón, pintor.-LA OTRA ORILLA

Uno por más que lo intenta no acaba de acostumbrarse a lo inevitable.Sabes que algo va a pasar e intentas ir amoldándose a la situación; piensas que forma parte del ser humano…

Y si primero fue su hijo José el que me adelantaba el estado crítico de su padre, fue más tarde el veterano escultor y pintor Pepe Gascón quien me daría la fatal noticia: «acaba de fallecer Ricardo Pena», un hombre de avanzada edad, 94 años, con el que tuve la suerte y el privilegio de gozar de su amistad y de poder sentir de una forma bien cercana en primer lugar su hombría de bien, la calidad humana de este hombre, que además de magnifico pintor, era excepcional, ya que para mi, que como digo, lo conocí en mi juventud, era portador de esos atributos que hacen de un ser humano llevar esa condición con la dignidad requerida y que la humanidad pueda mirarse en él para intentar conducir la evolución de nuestra especie por el buen camino.

Porque antes que pintor, repito, era ese hombre generoso, lleno de bondad y comprometido con el mundo de

la cultura, desde su espacio pictórico y su buen hacer dentro del seno de la junta directiva de la Sociedad Artística Ferrolana (SAF) a la que mucho quería y ayudaría a fundar en la época de los 60, permaneciendo fiel a la misma durante la larga travesía de su propia vida, llena de talento natural, equilibrio, necesidad, afán de saber y aconsejar, y sobre todo una buena memoria llena de acontecimientos y vivencias.

Mi adiós a mi querido amigo Ricardo Pena López, que aunque sabemos que desde el momento en que empezamos a vivir, –la vida es un arco iris hermoso– tambien estamos empezando a morir. Hoy te has ido, posiblemente engalanado con ese más que merecido gran arco iris, pero sabes que nos queda para la eternidad el secreto refugio de la Pintura. Sólo los artistas saben de qué hablamos. Descanse en paz.