El ancla principal de la fragata «Asturias» ya luce en el museo asturiano «Philippe Cousteau»

El ancla se sostiene sobre un pedestal que evoca una ola-fotog. S. López
El ancla se sostiene sobre un pedestal que evoca una ola-fotog. S. López

(EC.es)- El ancla principal de la fragata «Asturias» engrosa la colección del Museo de Anclas Philippe Cousteau, en la Peñona de Salinas. Es la primera que procede de un barco de la Armada, y descansa sobre un pedestal de acero que evoca un ola.

Con 3,8 toneladas de peso y dos metros y medio de altura, será una de las pocas partes de la «Asturias» que sobreviva al desguace, futuro que, salvo improbable sorpresa, espera a la fragata, cuarta de las cinco unidades de la Clase Baleares, diseñada para la localización y destrucción de submarinos. Recibió la bandera de combate en 1976 en Gijón, y tras ser dada de baja en 2009, permanece amarrada en Ferrol. En un principio se especuló con la posibilidad de remolcarla a Gijón para convertirla en un museo flotante, pero la crisis y el deterioro que ha sufrido en estos años hacen inviable el proyecto.

 El ancla en Salinas

El ancla está en Salinas gracias al empeño de la Asociación Lepanto de Veteranos de La Armada. La entrega se formalizó en febrero en Ferrol, en un acto al que asistió una nutrida expedición de la Asociación Lepanto, con su presente, Rafael Luis García, al frente. El almirante jefe del Arsenal, Manuel Garat -el mismo que el pasado martes, día 9, presidió la jura civil de bandera celebrada en Avilés con motivo de la presencia del buque-escuela «Juan Sebastián de Elcano»- firmó la cesión con el ya ex Comandante Militar de Marina de Gijón, Juan Fontán, y el avilesino Antonio Díaz, coronel médico en la reserva de la Armada, como testigos.

Una vez en Avilés -el traslado se realizó por tierra- el ancla fue acondicionada en un taller del Grupo Daniel Alonso, y ya luce en la Peñona, en la parte baja.

Díaz Valdés homenajeado

La Asociación Lepanto tiene previsto realizar un acto inaugural en septiembre. Antes, ya este martes, día 16, nombrará socio de honor al referido Antonio Díaz Valdés, que entre otros servicios fue director médico del Hospital Naval de Ferrol. El nombramiento se celebrará el martes en el Real Club Náutico de Salinas nada más finalizar la procesión de El Carmen.

La entidad también entregará metopas de agradecimiento a Daniel Alonso, por sufragar su restauración, a Javier Font y a Antonio Sabino quienes se encargaron, respectivamente, del traslado desde Ferrol y de instalar la correspondiente placa en el pedestal del ancla.

 La «Asturias»

La fragata «Asturias» es un barco con historia. En 1980 trasladó los restos mortales de S.M. Alfonso XIII desde Civitavecchia (Roma) a Cartagena. Entre junio y julio de 1987 S.A.R. Felipe de Borbón realizó a bordo las prácticas como guardia marina en 1990.

Se convirtió en el primer buque de la Armada Española integrado en una fuerza naval permanente de la OTAN. También participó en el embargo marítimo sobre Serbia y Montenegro y en la ‘Operación Active Endeavour’ de escolta a buques en el Estrecho de Gibraltar, entre otras misiones.

El museo de anclas

El Museo de Anclas Philippe Cousteau se eleva en forma de atalaya en la península de La Peñona, un promontorio de la naturaleza rodeado de mar, en uno de los extremos de la playa de Salinas, localidad situada en el Concejo de Castrillón (Principado de Asturias).

Este Museo está concebido como un conjunto monumental al aire libre, donde se resalta la belleza de las anclas, que junto con el Templo de los Océanos, o el busto de Philippe Cousteau, proporcionan un interés añadido a una «Peñona» que siempre tuvo un carácter mítico para los castrillonenses.

Es una creación original para rendir un homenaje continuado de amor a la mar y a sus gentes, a toda la cultura que representa.

El mismo nombre escogido para la denominación del Museo, es la síntesis del origen vital y universalidad con que el propio Philippe Cousteau se refería a la mar.

La Cofradía Buena Mesa de la Mar cuando decidió crear este Museo, pensó que Philippe Cousteau, hijo del gran oceanógrafo Jacques I.

Cousteau, podía ser quien representase con su ejemplo de juventud y dedicación a la mar hasta el último suspiro de su vida, ese homenaje eterno a la mar y a sus gentes.

Es un Museo singular, está al aire libre y cualquier persona puede acceder a él en cualquier momento, sus «puertas», siempre están abiertas para su visita

 

 

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