Recimil, un barrio de Ferrol en el olvido

jjburgoa@hotmail.com-( TIRANDO A DAR)

El lugar o aldea de Recimil aparece citado el año 1845 en el monumental diccionario geográfico de Pascual Madoz, como perteneciente a la parroquia de Santa María de Caranza. Este lugar de Recimil, situada “fuera de puertas” de la urbe amurallada de Ferrol, fue el lugar elegido durante la década de los cuarenta del pasado siglo XX para la construcción de las primeras casas de protección oficial que se levantaron en España desde el final de la Guerra Civil.

De esta forma se alzó extramuros de la ciudad, lindando con la llamada Puerta Nueva, un conjunto de casi ciento cincuenta edificios con algo más de mil viviendas. Estas viviendas sociales de titularidad municipal se fueron ocupando según iban rematándose las correspondientes manzanas. En la mayoría de los casos se trató de inquilinos de escasos recursos económicos aunque se reservó un significativo cupo para funcionarios civiles y militares en los bloques próximos a lo que entonces era la plaza de España.

Las conocidas desde el primer momento como Casas Baratas, que algunos llaman barrio del Pilar y otros barrio de Recimil, conforman un amplio parque de trama reticular y forma trapezoidal, formado por bloques de cierta monotonía y de gran longitud de fachada, dispuestos en paralelo y comunicados por cortos pasadizos. Dotado de casas de viviendas de dos y tres alturas y dimensiones reducidas, tiene un trazado interesante, de calles de cierta amplitud, dotadas de jardines, zonas verdes y alguna pequeña plaza. Situadas las viviendas en un plano descendente con relación a la carretera de Castilla, sufren el inconveniente de no haberse realizado la prevista conexión inferior con el Ensanche.

Dentro de cierta uniformidad en sus construcciones, cerrado de por sí y con las normales características de autarquía de la época, Recimil es un barrio autosuficiente dotado de grupo escolar, mercado propio y una iglesia, el posterior y anodino templo de la Virgen del Pilar. El amplio tamaño del barrio, la mala calidad de los materiales empleados, la poca atención de la Administración y las ocupaciones ilegales han sido el mayor inconveniente para su mantenimiento integral y la causa de su actual degradación, aunque algunas de las viviendas muestran en su interior el cuidado de sus inquilinos de siempre.

Mientras que el Ayuntamiento no se define sobre el posible mantenimiento y rehabilitación parcial o total del barrio, parece descartada su total reconstrucción. Cualquier posible solución, incluidos los derribos, exige tener muy en cuenta el problema humano de los vecinos, auténticos referentes de la barriada. Entre los derribos previstos se incluye en primer lugar el que se está llevando a cabo en el edificio conocido como Bambú Club. Es de esperar que se cumpla la manifiesta intención municipal de conservar las interesantes pinturas murales de González Collado en las paredes interiores de la citada construcción.