Meabe

Antonio Miguel Carmona-(director diario progresista)Antonio M. Carmona

El principal problema del país es el desempleo juvenil. La principal razón de nuestro esfuerzo, entonces, debe ser buscar con ahínco y celeridad soluciones para una tragedia que se está llevando por delante generaciones enteras.

Por eso, jóvenes socialistas han elaborado una propuesta para impulsar una rigurosa y tenaz política de empleo que dibuje porvenir en miradas cada vez más preocupadas por un futuro inquietante.

Tomás Meabe era un joven de buena familia, nacido en Durango, discípulo de Sabino Arana, nacionalista como él, religioso y, por supuesto, de derechas. Sus estudios de peritaje industrial, su trabajo en un banco, sus paseos por el caserío, no le convencían.

Tomó las cartas de navegación y marchó, contaba, a ver mundo. Y, en esos viajes, descubrió miseria; que los jóvenes de su generación no tenían derecho a trabajar y que muchos hombres y mujeres, de todas las edades, sufrían el destino de la pobreza y el horizonte del infortunio.

Tomás vino a Madrid y, por voluntad propia, pasó a ser como tantos jóvenes que en estos momentos engrosan la cola del paro y que no saben cuál puede ser su destino más allá de prestaciones que ya no existen, ayudas que no llegan, vacío y desesperanza, a lo sumo precariedad y silencio.

La tasa de paro de los menores de 25 años alcanza el 57% de los dispuestos a trabajar. Una considerable disparidad regional nos lleva a depositar nuestros ojos atónitos en comunidades autónomas como la de Canarias: la tasa de paro juvenil de las islas asciende al 69% según la última Encuesta de Población Activa.

Meabe devoraba los libros de socialismo y acabó publicando en La lucha de clases con la fe puesta en hacer de los suyos generaciones más prósperas, independientes y libres. Visitó a Pablo Iglesias y le propuso crear las Juventudes Socialistas de las que él fue por tanto su fundador y primer dirigente.

Los jóvenes de Juventudes Socialistas de Madrid, encabezados por Plácido Váquez y Daniel Pérez del Prado, no han esperado a que nadie les diga qué tienen que hacer. Saben que el paro de los jóvenes es el asunto más urgente e importante de nuestra nación.

Jóvenes formados capaces de hacer un plan de empleo que transformarán en Proposición de Ley y que será sostenida por un también joven y brillante diputado, Juan Segovia, consciente de que defenderá la propuesta más importante de la legislatura.

El ejemplo de perseverancia y compromiso de Tomás Meabe le convierte, en el pensamiento de Plácido, en el de Daniel y en el de Juan. Sin embargo, el infortunio de la tuberculosis se llevó por delante a uno de nuestros mejores hombres. No dejemos que la desgracia de la crisis y de la mediocridad nos sepulte.

El abuelo, Pablo Iglesias, recibió aquella fría mañana, el cuatro de noviembre de 1915, la triste noticia de la muerte de Tomás Meabe. Él y otros compañeros le enterraron sin ser capaces, casi cien años después, de haberle olvidado. Pero, como pueden comprobar, ha dejado descendencia.

 

 

 

 

 

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