La Armada está dando de baja muchos de sus buques más veteranos y, para intentar sacar algo de dinero extra, los sacará a subasta pública. El caso más reciente, según acaba de publicar el BOE, es el buque de desembarco Hernán Cortes, en Cádiz, que se subastará por 240.000 euros. Además, la Armada también ha anunciado la subasta del submarino Marsopa, amarrado en Cartagena, por unos 68.000 euros, según los pliegos de clausulas publicados en el BOE, antes de su subasta, prevista para el 22 de mayo. Un submarino, de la clase Delfin, botado en abril de 1975, cuyo destino, previsiblemente, será la chatarra.
Les seguirán, la fragata Baleares y los patrulleros de la clase Anaga Bergantín, Mouro y Marola, aunque aún no hay fecha concreta. También se encuentran en esta situación, la fragata Extremadura, el patrullero Chilrey y la fragata Asturias, de la que se estudio la posibilidad de convertirla en museo, aunque finalmente se ha descartado este uso por el gran coste que supondría su transformación para las arcas municipales ferrolanas.
De cualquier forma se está trabajando en las condiciones en las que se pondrán a la venta.
Eso sí, el primero en subastarse será el patrullero Grosa, que se ofrecerá en la Sala de Juntas del Edificio de Jefatura del Arsenal de Las Palmas, el 26 de abril, con un precio de salida de 27.541 euros. Se trata de uno de los diez buques, de la clase Anaga, fabricados a finales de los años 70 (fue botado en 1980) por Bazán, y que ha realizado más de 3.700 días de operaciones en el mar, sobre todo de vigilancia marítima y control de inmigración.
El «Príncipe de Asturias»
La gran incógnita de este tipo de subastas es si será incluido en ellas el portaviones Príncipe de Asturias. Atracado en Ferrol, desde el 8 de febrero, actualmente los técnicos de la Armada, asistidos por personal de Navantia, están procediendo a su desarme, que esperan que esté finalizado a mediados de junio. Defensa está realizando una intensa labor comercial en países como Indonesia (una delegación del país lo visitó en diciembre de 2012), intentando encontrar un comprador que se haga cargo de él y realice su puesta a punto en los astilleros de Navantia, con lo que éstos ganarían en carga de trabajo.
Pero, de momento, el resultado ha sido infructuoso por lo que no es de descartar que, finalmente, salga a subasta para su posterior desguace en el segundo semestre del año, aunque desde el Ministerio insisten en que «no hay tomada decisión alguna».