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José María Romero Rodríguez, un ferrolano de 45 años, ha tomado una decisión importante después de una vida “vertiginosa”, ha profesado en la tarde de este lunes en la orden de los Hermanos de la Resurrección en las Palmas de Gran Canaria, realizando los votos de pobreza, castidad y obediencia.
De una vida digamos que licenciosa o aventurera, será uno de los hermanos de esta orden que se dedique a la atención de los cementerios.
José María es ferrolano “Vivía en la calle Real, encima de Acevedo frente al Casino-nos dice- estudié en las Discípulas, en el Isaac Peral y Saturnino Montojo”.
“Después me fui a Santiago, estudié COU en el Seminario Menor y comencé un año en el mayor, pero lo dejé y me fui a Las Palmas de Gran Canaria con mi padre”.
“Mi vida fue un ir y venir, no era muy estable, bueno, tenía que hacer el servicio militar y opté por ingresar en la Guardia Civil, era trabajoso, solamente recordar aquello del País Vasco…. Dejé el Cuerpo y me fui a vivir a Centro Europa, a Praga. Allí tuve pareja, creé una pequeña empresa de circuitos turísticos, estuve seis o siete años”.
El nuevo hermano nos cuenta, justo diez minutos antes de la ceremonia de su profesión, que de nuevo regresó a Canarias y “Aquí 
tengo un amigo que es abogado y llevaba unos temas del monasterio de los hermanos de la Resurrección, los conocí y ese gusanillo que tenía por dentro y que había nacido en mis tiempos mozos, allí en el seminario menor. volvió a revivir. “
“Cogí el toro por los cuernos, me tiré a la piscina y vivo feliz, esto es una manera de ver la vida distinta de cómo la viví. He exprimido la vida como una naranja pero no encontraba esa felicidad, esa tranquilidad necesaria que me debía marcar mi corazón. Estoy alegre, con paz y felicidad”.
Y José María estaba efectivamente feliz junto a su madre que vive en Ferrol en la zona de Esteiro, y que estos días está en las Palmas de Gran Canaria junto a su padre que vive en la isla y a sus tres hermanos.
“Hace tiempo que no voy por Ferrol pero lo llevo en mi corazón. Mi familia es muy conocida, por parte de mi padre, eran propietarios de la funeraria Porto, mis primos de la familia Fantova. Ahora va a ser difícil, más difícil el ir hasta allí. Somos hermanos de clausura y tenemos mucho trabajo en una de las funciones más importantes de nuestra orden, cuidar los cementerios”.
Y dejamos a José María ya a punto de entrar en la capilla. Lo esperan el responsable de la orden, sus hermanos, familiares y amigos.
Los hermanos de la Resurrección
Los Hermanos de la Resurrección son un Instituto Religioso Monacal, nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1974. La misión de la comunidad orbita en torno a la Séptima Obra de Misericordia: consiste en ser encargados y vigilantes de los cementerios donde son llamados. Desde estos lugares llevan el entusiasmo, gozo y alegría de Cristo Resucitado. Su vida está regida por los momentos de oración con María Santísima, de trabajo y de formación humana y espiritual. Como monjes, el Oficio Divino es el centro de la vida en el claustro: el Oficio les ayuda a penetrar en el Misterio de Dios y a conformar sus vidas a la de Cristo en su obediencia al Padre, en su humildad, en su pobreza, en su virginidad y en su entrega a los hombres.
