(E C.)-Navantia, la empresa pública española dedicada a la construcción naval, se ha colocado entre las favoritas para hacerse con un contrato de renovación de la Armada de Qatar por un valor de 3.000 millones de euros. Se trata de una operación que garantizaría la supervivencia de la empresa y su plantilla de 5.500 trabajadores, hoy en peligro y con astilleros como los de Cádiz casi parados. La decisión final del gobierno qatarí es cuestión de pocos meses y se abre ahora una fase en la que es fundamental un último «empuje institucional» para la opción española, según apuntan en fuentes gubernamentales.
La ofensiva comercial de Navantia en los países llamados ‘emergentes’ para ampliar mercados más allá se sus clientes habituales como Australia, Noruega o Venezuela, empieza a dar frutos. La empresa opta ahora mismo a una cincuentena de concursos para construir directamente o participar en proyectos de varios tipos de barcos: desde pequeños patrulleros a grandes navíos multiuso como el Juan Carlos I.
Frenado el cierre de los contratos pendientes con Venezuela por motivos obvios (la parálisis abierta por la enfermedad de Chávez), Navantia concentra sus esfuerzos en Qatar, donde acaba de abrir una oficina comercial en la capital, Doha. La empresa nacional opta al concurso abierto por el país árabe para la ampliación y renovación completa de su flota, en concreto para construir 10 buques de tamaño medio (6 patrulleros y 4 corbetas), uno de los puntos fuertes de Navantia.
La oferta española ha entrado ya en la llamada ‘lista corta’, fase en la que sólo quedan dos o tres empresas para hacerse con el contrato. Superado el tramo del concurso donde los descartes y los criterios son más puramente técnicos y en el que el proyecto de Navantia no ha tenido problema alguno, en la decisión última entran en liza los criterios más políticos. En medios gubernamentales reconocen la urgencia de dar un «impulso institucional» a las opciones de Navantia inmediatamente, al igual que van a hacer los otros competidores.
Gestiones del Rey
Don Juan Carlos, según reconocen en fuentes de la Casa del Rey, tenía previsto efectuar dentro del primer semestre del año una visita oficial al emir de Qatar, Hamad bin khalifa. Pero todos los planes inmediatos de viajes al extranjero del Rey están aplazados, como el de Marruecos que tocaba ya, mientras que los previstos para la primavera tendrán que seguir sin concretar. Todo depende del tiempo de recuperación que requiera el Monarca después de la operación de columna a que será sometido la próxima semana
La decisión de Qatar parece inminente, antes de mayo, y en medios gubernamentales dan por hecho que tendrá que ser el ministro de Defensa, Pedro Morenés, quien tenga que acudir antes al país del Golfo Pérsico dentro de su apretado programa de visitas a los países interesados en adquirir material militar español o que se fabrica y monta en España. Acaba de regresar de Australia con ese mismo fin: ampliar y estrechar relaciones con un país que ya es el primer cliente de Navantia.
Los astilleros españoles se han quedado sin encargos de la Armada por los recortes presupuestarios y necesitan más que nunca buscar carga de trabajo en el exterior. Es especialmente dramática la situación en las instalaciones de Cádiz, donde casi un 70 por ciento de la plantilla carece ya de cometido. Son precisamente los astilleros especializados en la construcción de patrulleros de todos los tamaños, incluidos los BAM (buques de acción marítima), los que tendrían que ocuparse del encargo del gobierno qatarí.