Lamile Yamal celebrará su boda en Venecia-(Pedro Sande García)

Pedro Sande García

¿Pobre Lamile Yamal o pobre chaval? Desde hace varios días he estado pensando como comenzar esta crónica. Es la segunda alternativa pobre chaval la que más me ha gustado pero es posible que muchos de ustedes piensen que lo hago en un tono irónico o burlón. Lo escribo y lo pienso con toda solemnidad, seriedad y con cierta lástima que me
da el joven futbolista. Resulta que organiza un festejo con toda la ilusión que pueda tener un joven que acaba de cumplir los 18 años, y al mismo tiempo firmar un supercontrato con el club de su vida, y la prensa y las redes sociales se le echan encima porque para celebrar la onomástica ficho, por utilizar términos futbolísticos, a unos enanos para que bailarán, repartieran chupitos e hicieran magia. Como ha dicho el propio futbolista «Cuando estoy fuera de la ciudad deportiva, disfruto de la vida» que es como decir que en su vida privada hace lo que le da la gana. Y tiene toda la razón. Lo que debía desconocer Lamile Yamal es que cuando uno pone su vida privada en el escaparate público tiene que estar preparado para la crítica y la alabanza pública.

En realidad si no fuera por el hecho de haber contratado a unos seres humanos por su baja estatura la fiesta de cumpleaños de Lamile Yamal hubiera pasado como uno más de los horteras festejos o posados de fotos a los que nos tienen acostumbrados muchos jugadores de fútbol y otras celebridades. Me llama mucho la atención que toda la prensa y la crítica social se haya centrado en la contratación de enanos, ni una palabra sobre la contratación de chicas, he leído que se las denomina chicas de imagen. Es decir se han utilizado a seres humanos, unos por su tamaño y otros por su sexo, como un adorno y entretenimiento más de la fiesta. Al margen de la legalidad o del mal gusto sin duda es algo aberrante. Se me ocurren infinidad de calificativos, ninguno bondadoso.

Se habrán dado cuenta que he utilizado el término enano y no persona de baja estatura o persona con el síndrome de acondroplasia. Jamás he usado palabras como enano, negro o maricón de forma peyorativa. Como tampoco lo hago cuando hablo de altos, morenos y blancos. Son los intolerantes y los que detestan cualquier tipo de
diversidad los que han desprestigiado palabras como negro o maricón, y son los energúmenos los que utilizan el término enano para menospreciar a las personas de baja estatura. Me niego a consentir que estos grupos de sectarios me obliguen a cambiar la forma de denominar las características de las personas. Sería como aceptar que algunas personas son diferentes por el color de su piel, sus características físicas o sus tendencias sexuales y que además se las pueda tratar como simples objetos. En el diccionario de la RAE se cita, y escribo textualmente, para la palabra maricón: 1. Adj. despect. malson. marica. U.m.c.s.m.U.t.c. insulto y señala como sinónimos: homosexual, afeminado, amanerado. Creo que es un tremendo error que la RAE signifique la palabra maricón como un adjetivo despectivo y mucho menos asignarle sinónimos lo cual indica que estos también son despectivos. Si normalizamos el uso de estos adjetivos sin el significado peyorativo habremos avanzado un poco más en términos de igualdad e impediremos que los intolerantes se adueñen de nuestras palabras.

Es curioso como he comenzado este paseo hablando de la fiesta de cumpleaños de Lamile Yamal y por el camino me he parado a observar en los escaparates determinados comportamientos humanos. Espero que entiendan esta pequeña pausa y reflexión, retomo la ruta inicial.

Se preguntarán ustedes cual es la razón de citar en el título de esta crónica el término boda y no el de cumpleaños, adelantándome a una futura crónica sobre la vida de Lamile Yamal. Habrán adivinado que la razón ha sido el enlace matrimonial del híper millonario Jeff Bezos, propietario de Amazon. La fiesta de Lamile Yamal es una réplica de
los tres días de festejos que se celebraron en la ciudad de los canales, con algunas diferencias. En la boda del dueño de Amazon había muchos kilos de silicona, una cuestión de edad, y un poderío mayúsculo no solo en términos económicos también en el poder necesario para comprar, no alquilar, Venecia durante tres días y después
devolvérsela a sus pobladores, tanto vecinos habituales como turistas. Otra diferencia a destacar es que en la boda veneciana la temática era la propia boda y en la celebración del cumpleaños la temática era la mafia. Desconozco si asistió algún integrante de la organización Siciliana pero no me imagino a Vitto Corleone con su imponente esmoquin y su pausada elegancia asistiendo al festejo en la finca de Olivella.

En fin, que se vayan preparando los venecianos ya que si el jugador del Barcelona sigue incrementando su cuenta corriente el día de su boda va a llenar la ciudad de los canales de tribus de prescriptores y cantantes, con el significado más amplio de la palabra, mostrando sus pinturas de guerra y de paz y con todo tipo de artilugios colgando de sus orejas y fosas nasales, quizás también con cencerros enganchados a cualquier parte de su cuerpo. Por su puesto no faltarán chicas modelos, mujeres con barba, los hombres más altos y los más bajos del mundo, los más gordos y las más gordas, individuos con dos cabezas, gemelas siamesas y hasta hombres mono del Amazonas.

Termino dándole un consejo a Lamile Yamal, tienes todo el derecho a hacer lo que te dé la gana, a ser un hortera o a ser un dandy pero revisa la historia de muchos futbolistas jóvenes que la fama, el dinero, los malos consejos y las malas compañías arruinaron su vida personal y profesional.

Cuídense mucho.

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