Reducir el impacto ambiental del transporte marítimo —responsable del 3 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI)— es uno de los grandes retos de la transición energética. Para lograrlo, es clave sustituir los combustibles fósiles actuales por alternativas sostenibles que cumplan con los objetivos marcados por la Organización Marítima Internacional (IMO) y la Unión Europea (UE).
En este contexto, el investigador mugardés Xosé Miguel Mahía publicó en la revista científica Fuels el artículo “Feasibility Analysis of the New Generation of Fuels in the Maritime Sector” (“Análisis de viabilidad de la nueva generación de combustibles en el sector marítimo”), en el que compara metano, metanol, amoniaco y hidrógeno verdes desde una perspectiva técnica, económica y normativa.
El artículo forma parte de su tesis de doctorado industrial, que desarrolla en la Universidade da Coruña (UDC) en colaboración con la empresa CT Ingenieros (delegación de Ferrol). Vinculada al Centro de Investigación en Tecnologías Navales e Industriales (CITENI), con sede en el Campus Industrial de Ferrol, la investigación se realiza en la Escuela Técnica Superior de Náutica y Máquinas (ETSNM) de la UDC, dentro del Grupo de Ingeniería Energética (INGEN), al que pertenece el autor. También participa la Escuela Superior Náutica Infante D. Henrique, en Portugal. Los coautores del artículo, Ignacio Arias y Manuel Romero, son además codirectores de la tesis.
Una transición desigual, reflejo de la realidad del sector
El trabajo analiza los retos y las oportunidades que ofrecen estos cuatro combustibles a través de una revisión de la normativa internacional (como los índices de eficiencia EEXI y EEDI, el indicador de intensidad de carbono CII o el sistema de comercio de emisiones de la UE, IU ETS), un modelo teórico de motor naval y un estudio de costes, infraestructura y disponibilidad. “El sector marítimo avanza la distintas velocidades en materia de descarbonización. Por eso, es fundamental identificar dónde están los mayores desafíos para actuar eficazmente”, destaca Mahía.
Actualmente, el metano, en forma de gas natural licuado (GNL), es el combustible alternativo más implantado gracias a su madurez tecnológica, la amplia red de suministro con que se cuenta y los costes moderados. El metanol, por su parte, gana terreno como opción de futuro por la facilidad para manejarlo, las menores emisiones que produce y su creciente adopción.
Hidrógeno y amoniaco: con potencial, pero aún lejos del mercado
Aunque tanto el hidrógeno como el amoniaco pueden eliminar las emisiones de CON El₂, su uso en el sector marítimo sigue siendo limitado debido a obstáculos tecnológicos y de seguridad, además de la falta de infraestructuras adecuadas. Además, existen riesgos que requieren más investigación y desarrollo, como las emisiones secundarias de óxidos de nitrógeno o la inestabilidad en procesos de combustión. El estudio también advierte que algunos efectos climáticos no deseados —como las fugas de metano o la alteración de los radicales atmosféricos por el hidrógeno— podrían restar eficacia a ciertas soluciones si no se gestionan correctamente.
“Actualmente, el metano es, con diferencia, el combustible alternativo con mayor proyección, seguido por el metanol, cuya adopción crece con fuerza”, apunta el investigador. “En comparación, los pedidos de buques que emplean amoniaco o hidrógeno a bordo son casi inexistentes. Esta tendencia refleja una transición desigual que debe ser tenida en cuenta a la hora de diseñar estrategias para favorecer la transición energética del transporte marítimo en función del combustible”.
Una hoja de ruta realista y gradual
El autor propone una planificación por etapas para la descarbonización del sector naval, basada en el estado actual de las tecnologías y del mercado:
–2025–2035: consolidación del metano como principal combustible alternativo.
–2030–2040: crecimiento sostenido del metanol como solución preferente.
–A partir de 2040: incorporación progresiva del amoniaco y el hidrógeno, cuando maduren las tecnologías necesarias.
Este enfoque permite avanzar hacia un transporte marítimo más limpio sin perder de vista los condicionantes técnicos y económicos que marcarán el ritmo de la transición.
Referencia: “Feasibility Analysis of the New Generation of Fuels in the Maritime Sector”. Fuels 2025, 6(2), 37; https://doi.org/10.3390/fuels6020037