Francisco Anido Pacheco
Todos coñecemos “o demo”, que medo! Es terrible! Es de color rojo, con cuernos, tiene rabo y huele a azufre.
Pero hete aquí, que en la versión moderna, «é de color naranxa», es gordo, maleducado, chulesco y huele a tinta.
O al menos es lo que una secta, con su monsignor desesperado y como un Joseph Goebbels alocado, repite, repite y vuelve a repetir como por boca rota de muñeco del ventrílocuo, aupado por sus esbirros subvencionados con tus impuestos saqueados.
Pocos reconocen públicamente su fe hacia satanás, pero muchos, muchísimos, lo idolatran, lo veneran.
Aproximadamente después de un lustro, resurge de entre las tumbas, para vengarse de los alocados woke, agendas y demás ingenierías sociales, que llevaron a creyentes, autónomos, empresarios a una ruina histórica sin precedentes.
Que ven O Demo! Repiten, repiten y vuelven a repetir.
Tenemos una guerra en Europa pero parece que lo importante es que O Demo lo tengamos a más de 5.000 KM. de distancia al otro lado del océano.
O Demo tiene a su país endeudado en un 120% de su P.I.B. eso es lo importante, no que en España tengamos una deuda de un 120% de nuestro P.I.B. , deuda eso sí, cuyos sus mayores propietarios son Fondos made in U.S.A. a 25.000 € por español. ¿Usted los tiene? Yo no.
Sólo el Estado de California, representaría la tercera potencia económica mundial…
Las tres primeras potencias económicas mundiales son USA, China y Japón. Este último cederá su puesto a la India en poco tiempo.
O Demo se ha propuesto que en el infierno se mejore, al menos en el suyo.
Que las empresas retornen a su país, que los inversionistas, recapitalicen su economía, que la competencia desleal tenga su justo castigo.
Y lo quiere conseguir, sentando en la mesa a países para negociar las condiciones del comercio mundial. Hay que reconocer que el arrojo, el atrevimiento, el desafío y sus consecuencias son hipermayúsculas.
Contemplar cómo se derriban los valores bursátiles en billones. con B, no está al alcance de cualquiera.
Ojo! No es un Presidente primerizo, es la tercera vez que se presentaba a las elecciones de la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica. Ni electoralmente, ni jurídicamente, ni con magnicidios, consiguieron, al menos de momento, detenerlo.
Es muy clarividente, que mientras ocurre toda esta tormenta, nuestro “amado” presidente, raudo y veloz se reúna con el dictador y genocida chino Xi Jinping, ¿qué obscuros tratados económicos o de otro tipo tendrán entre manos? Dudo mucho de que nunca lo sepamos.
Una dictadura donde supo esperar su momento. Primero dejando a empresas mucho más avanzadas tecnológicamente que ellos, invirtieran en China. Eso sí, con la voraz avaricia de extraordinarios beneficios económicos para estas empresas.
Con la condición de que el 51% de la empresa sea para el partido comunista chino. Ahora aprendida la tecnología, con sus propios técnicos e investigadores, con una mano de obra esclava, pretenden auparse como líderes del comercio mundial. Pero hete aquí que con O Demo nos hemos topado.
La historia es cíclica y no queremos aprender de algunos sabios del pasado.
Profético fue un ministro de Carlos III allá por 1783 que comprendió perfectamente las ambiciones de los Estados Unidos de Norteamérica.
“…y dentro de pocos años veremos con dolor la existencia titánica de ese coloso de que voy tratando”.(Conde de Aranda).