Entregadas las medallas de oro de la Cofradía de Dolores a la Concatedral de San Julián y al Grupo J.Rilo

A las siete y cuarto de la tarde, en uno de los salones del Casino Ferrolano , la Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima de los Dolores celebró uno de sus tradicionales actos como fue el de nombramiento de cofrades de honor y entrega de medallas de oro, a la S.I. Concatedral de San Julián y al Grupo J.Rilo.

Allí se dieron cita para acompañar a los homenajeados, entre otros, los conselleiros de Sanidad, Antonio Gómez Caamaño, que representaba al presidente de la Xunta, y el de Cultura, José López Campos; el alcalde de la ciudad, José Manuel Rey Varela; el Almirante Jefe de Apoyo Logístico de la Armada, Ignacio Frutos Ruiz; el Almirante Jefe del Arsenal de Ferrol, Gonzalo Villar Rodríguez; el comandante de la Fuerza de Protección Civil de la Armada, general de Infantería de Marina Manuel García Ortiz; el obispo de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol, Fernando García Cadiñanos; el presidente de la Junta General de Cofradías, César Carreño; la delegada de la Xunta en  Ferrol, Martina Aneiros; la senadora popular Verónica Casal; el director de Turismo de la Xunta de Galicia,  José Manuel  Merelles Remy; las ediles populares María del Carmen Pieltain y Patricia Cons; el comisario jefe de la Comisiaría de Polcía de Ferrol-Narón,  Javier Mª  de Loresecha  Roldán; Rosa Ana García López, diputada provincial; el capitán de navío Pedro Cardona  Suances,  Comandante-Director de la Escuela Naval Militar; el teniente coronel  jefe del grupo de  artillería de la Brilat,  Alfonso García  Fernández-Arruty; el delegado diocesano de Liturgia y Cofradías, Cándido Jesús Otero López; el presidente del Casino, Alberto Vázquez Santiago; y el presidente de la cofradía Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima de los Dolores, José Ángel Vázquez Freire y miembros de su junta directiva. Asimismo estaban presentes José Juan Rilo Dopico y miembros de su familia; y el párroco de San Julián, Antonio Rodríguez Basanta.

Colaboración de la familia Rilo y acogida de la concatedral

En primer lugar el secretario de la junta de la cofradía, Rafael Lomba pronunció unas palabras de saludo  señalando que «Hoy, Jueves Santo, como viene siendo tradición durante más de medio siglo, nos reunimos para celebrar un momento culminante en la vida de nuestra hermandad: la proclamación de nuevos Cofrades de Honor y la entrega de nuestras insignias de oro, símbolos de reconocimiento a la entrega, la colaboración y el espíritu de solidaridad que engrandecen nuestra Cofradía y a nuestra ciudad.

Permítanme ahora, con especial afecto y profundo reconocimiento, dirigir un saludo particular a los insignes
homenajeados en este día, en primer lugar, al GRUPO JRilo, cuyo compromiso desinteresado y constante con nuestra Cofradía es un ejemplo palpable de colaboración. Recibimos hoy con gratitud a su fundador y alma mater, José Juan Rilo Dopico, cuya presencia subraya la valiosa conexión entre el mundo empresarial y el rico tejido social y cultural de Ferrol.
En segundo lugar, a la Concatedral de San Julián, un faro espiritual en nuestra ciudad que ha demostrado una
generosidad y una fraternidad ejemplares hacia nuestra Cofradía en momentos significativos. Recibimos con
profundo respeto y gratitud a su párroco, Antonio Rodríguez Basanta. Su guía pastoral y la acogida brindada por la Concatedral son un testimonio vivo de la verdadera hermandad cristiana».

«UN ENORME ESFUERZO LLENO DE SOLIDARIDAD» 

Tras la lectura del acta de la reunión de la junta de gobierno celebrada 2 de marzo de este año en la que se acordó por unanimidad el nombramiento de los nuevos cofrades de honor y la  formulación de la promesa reglamentaria tomó la palabra el presidente de la Cofradía, José Ángel Vázquez Freire , señalando que  «Durante toda la Cuaresma y especialmente en esta Semana Santa, nuestros corazones han estado en recogimiento, acompañando con fervor la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Son momentos de profunda reflexión espiritual, al tiempo que se intensifican la dedicación incansable y los trabajos que dan forma a los cortejos procesionales que son el alma de la Semana Santa Ferrolana, que con tanto orgullo compartimos todos los que amamos esta ciudad.
Quisiera destacar el enorme esfuerzo que hay detrás de la organización de cada una de nuestras siete procesiones con la participación de más de un millar de hermanos cofrades.

Contamos con algunas de las más excelsas obras de imaginería religiosa de España, verdaderas joyas que nos conectan con la historia y la fe. A ello se suma un valioso conjunto de enseres, testigos de generaciones de devoción.
Hay, sin duda, mucho trabajo invisible, mucha responsabilidad asumida con seriedad, una profunda devoción que nos guía, una amalgama de sentimientos y emociones a flor de piel, y una tradición centenaria que nos une. Y en estos días cruciales, todos elevamos la mirada al cielo, con la humilde esperanza de que la lluvia nos conceda una tregua en nuestro momento, evitando así la pena y la frustración que supone la suspensión de una procesión anhelada.

Cada día de esta Semana Santa, cada procesión que recorre nuestras calles, posee una relevancia única y especial. Pero el Jueves Santo se erige como una jornada de profundo significado, un tiempo de introspección y humildad. Hoy, las calles de Ferrol se transforman en un auténtico camino de fe, devoción y penitencia, impregnado de un fervor y una solemnidad que conmueven el alma.

Y qué mejor jornada que esta, el Día del Amor Fraterno y del recuerdo imborrable de la Última Cena instituida por Nuestro Señor, para celebrar este acto institucional al que nuestra Hermandad concede la más alta relevancia».

Ejemplos de solidaridad

«Este año, la proclamación de Cofrade de Honor y la entrega de nuestra preciada Medalla de Oro reconocen dos ejemplos de solidaridad. Dos ejemplos de SOLIDARIDAD con mayúsculas, que merecen toda nuestra admiración y reconocimiento. Solidaridad, una palabra que, en su aparente sencillez, encierra un poder transformador inmenso. En un mundo que con frecuencia nos empuja hacia el individualismo, la solidaridad se alza como un faro de esperanza, iluminando el camino hacia la colaboración y el apoyo mutuo. Nos recuerda una verdad fundamental: juntos somos más fuertes y capaces de superar cualquier adversidad.

Nuestro primer ejemplo de esta encomiable solidaridad es el Grupo JRilo. Su colaboración incondicional con nuestra Cofradía es un pilar fundamental para el desarrollo de esa labor silenciosa pero esencial que se lleva a cabo durante todo el año, culminando en la organización impecable de nuestra Semana Santa.
Su apoyo se traduce en la provisión desinteresada de todos los medios y recursos que, dentro de su ámbito de actuación, se le solicitan.
Muchas gracias, Sr. Rilo. Es profundamente gratificante para esta Cofradía saber que, al levantar el teléfono, su empresa está siempre dispuesta a atendernos con diligencia y generosidad. Sin reservas, sin demoras. De todo corazón, muchísimas gracias por su compromiso inquebrantable.

Nuestro segundo referente de profunda solidaridad lo encontramos en la Concatedral de San Julián. Su gesto de hospitalidad durante los siete largos años de reforma de nuestra sede canónica, la amada Iglesia de Dolores, ha sido un bálsamo para nuestra Hermandad. Nos acogieron con generosidad, permitiendo que nuestros actos litúrgicos conservaran su solemnidad y sentido profundo.
No les vamos a negar que, al trasladarnos a la Concatedral de San Julián, sentimos esa “morriña” tan gallega por nuestra casa, por nuestro templo. Sin embargo, nunca nos sentimos extraños.
Al contrario, desde el primer momento, nos abrieron no solo las puertas de su templo, sino también sus corazones.

Aquel rápido regreso que se nos prometía se fue dilatando en el tiempo, hasta convertirse en siete años. Y ahora que hemos regresado a nuestro hogar, a nuestra Iglesia de Dolores, no podemos evitar sentir una profunda nostalgia por el exquisito trato y la fraternal acogida que recibimos en la Concatedral.
Muchas gracias, Don Antonio. Su generosidad y la de toda la comunidad de la Concatedral han sido un verdadero ejemplo de solidaridad y hermandad cristiana. De todo corazón, muchísimas gracias».

La espera ha valido la pena

«Gracias por aceptar formar parte, desde hoy, de esta gran familia que es la Cofradía de Dolores. Y no podemos mencionar el regreso a la Iglesia de Dolores sin reiterar nuestro agradecimiento a la Xunta de Galicia, Concello
de Ferrol y la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol por el esfuerzo realizado en las obras de restauración. Sin lugar a dudas, la espera ha valido la pena y el resultado es alabado por todos.
Hoy es, sin duda, un día muy especial en el corazón de la Pasión ferrolana. Un día en el que el sentimiento de todos los cofrades de Dolores late con una intensidad muy especial, marcado por el agradecimiento y la profunda emoción, y con la esperanza de seguir fortaleciendo los lazos que nos unen.»

«Como dije al principio, me conmueve profundamente estar aquí, junto a ustedes, en este Jueves Santo que estoy seguro quedará grabado para siempre en la memoria colectiva de todos los que amamos nuestra Semana Santa.
¡Viva la Semana Santa! ¡Viva la Cofradía de Dolores! ¡Y viva Ferrol!»

Tras la entrega  del título y medalla de oro, ambos homenajeados pronunciaron unas emotivas palabras. Mas aplausos, felicitaciones.

Y ...»foto de familia» con los miembros de la junta  de gobierno de Dolores.

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