El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha justificado la continuidad en su Gobierno, cuyos miembros han tomado ayer posesión, en la «experiencia» en la gestión de sus integrantes y también por el aval de las urnas a su Ejecutivo.
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha justificado la continuidad en su Gobierno, cuyos miembros han tomado ayer posesión, en la «experiencia» en la gestión de sus integrantes y también por el aval de las urnas a su Ejecutivo.
Los ocho miembros del Gobierno gallego han tomado posesión en un acto celebrado en el Palacio de Raxoi, «caras conocidas», como señaló el jefe del Ejecutivo gallego, que sólo ha introducido en su gobierno como cambios la creación de la Vicepresidencia, que ocupará Alfonso Rueda, y el nombramiento de Francisco Conde para sustituir al anterior titular de Economía e Industria, Javier Guerra.
De este último, destacó su trayectoria y dijo confiar en que pueda contar con él para nuevas responsabilidades, mientras que de Rueda subrayó que le ha nombrado no por premiar sus méritos o lealtad, que tiene, dijo, sino para coordinar el Gobierno y sus relaciones con el Parlamento.
En el acto, los ocho miembros del Gobierno asumieron sus cargos ante un crucifijo, la mayoría de ellos mediante la fórmula de juramento, aunque los titulares de Educación y Cultura, Jesús Vázquez, y de Sanidad, Rocío Mosquera, optaron por la promesa.
Una vez que se cumplimentó el trámite, el jefe del Ejecutivo gallego destacó que un tiempo «extraordinario» como el actual requiere una dedicación «extraordinaria» por parte de la clase política, para que Galicia sea «el último pensamiento del día y el primero del día siguiente».
Así han actuado, subrayó, todos los miembros del Gobierno gallego saliente, a quienes reconoció su entrega en la legislatura «más dura en la reciente historia de la autonomía» e indicó que la Galicia «que va por delante, pese a todas las dificultades es fruto de sus aportaciones y esfuerzos».
El presidente dijo a los asistentes que la mayor parte de los miembros del nuevo Gobierno «les resultan caras conocidas» y explicó que así es, en primer lugar, porque consideran que a cargos «de tanta relevancia no se puede llegar a aprender«, ya que todos tienen experiencia, subrayó, en la gestión.
Además, indicó que la senda trazada en los últimos años permite a Galicia «ir por el camino acertado y, en consecuencia, con las personas acertadas», mientras indicó que seis de los ocho miembros del Gobierno han concurrido a los comicios en destacados puestos de las listas del PP, «respaldadas de forma mayoritaria» por los gallegos.
Por tanto, señaló, dada la decisión de los ciudadanos de apostar «por la continuidad de mí mismo como presidente, entiendo que también supuso el aval» a la trayectoria del Gobierno gallego de la pasada legislatura.
Alberto Núñez Feijóo señaló que, pese a la continuidad, decidió imprimir algunos cambios para llegar a emprender el camino «que transcurre del rigor presupuestario al crecimiento«, e insistió en que el actual Gobierno «es el más reducido» de todas las CCAA, y anunció, además, que se seguirá «disminuyendo en su estructura de segundo nivel».
Sobre el relevo de Javier Guerra, Núñez Feijóo calificó de «crucial» su gestión, tanto en ayuda a emprendedores como al apoyo de sectores productivos, y alabó que hubiese renunciado a la «comodidad de una brillante trayectoria» empresarial para dedicarse a «esa esperanza llamada Galicia».
A este respecto, dijo tener «la certeza de que seguiré contando con su apoyo en nuevas responsabilidades«, mientras destacó de su sustituto, Francisco Conde, al que llamó «profesor», su conocimiento teórico como «estrecho» colaborador suyo y también económico y político.
Sobre el nombramiento de Rueda como vicepresidente, indicó que no accede al cargo «para premiarlo, aunque lo merezca», ni por su lealtad, «pese a que la ha demostrado durante todos estos años«, sino que ha sido designado por ser la persona adecuada «para ayudarme en la coordinación interna del Gobierno y de éste con el Parlamento».
Se trata de una decisión con un objetivo «práctico«, pero también con otro «simbólico, que es llevar el rango de la persona que lleva la interlocución del Gobierno legítimo de los gallegos y sus máximos representantes, que son los diputados».
Para concluir, indicó que pide al Gobierno «plena dedicación» y respeto «a las siglas de Galicia«, también humildad para sus aciertos y para «enmendar» los errores que cometan.