Trump, la CIA y Abascal-( Enrique Barrera Beitia)

Enrique Barrera Beitia

La CIA es una de las dieciocho agencias estadounidenses, seguramente la más conocida junto con el FBI. Acumula mala fama por fomentar golpes de estado y cometer asesinatos políticos, y para muchos norteamericanos representa al Deep State (Estado Profundo), un concepto más siniestro que lo que en España conocemos como “cloacas del estado”.

Cuenta con unos 40.000 empleados, y su presupuesto se ha disparado en los últimos años hasta alcanzar una cifra astronómica cercana a los 70.000 millones de $. Además de las operaciones encubiertas, su principal esfuerzo se ha centrado en financiar ONGs, periódicos, emisoras de radio, cadenas televisivas, historiadores, películas, y redes sociales que defiendan el modo de vida americano y la ideología imperante en EE.UU. Esta faceta es clave para influir en partidos políticos, y se considera que en Europa los más afectados con los partidos alemanes y británicos.

Donald Trump se ha quejado desde que salió de la Casa Blanca, de que la CIA boicoteó la labor de su gobierno porque no fue capaz de controlarla, una explicación que es compartida por la gran mayoría de sus votantes. Es probable que tenga razón, por lo menos en parte, porque desde 1995 la CIA ayudó a implantar en el planeta las políticas de globalización, y Donald Trump apostó (y apuesta) por el proteccionismo comercial. Ahora ha designado un equipo leal y más radicalizado, y Tulsi Gabbard tiene el encargo de embridar a la agencia estadounidense. Si lo logra, habrá un importante desenganche de la CIA en los medios convencionales, para dedicar más recursos a plataformas como X, Tik Tok, Instagran y Youtube. Lo hará gradualmente, pero lo hará, y Vox será beneficiado de este cambio en detrimento del PP.

Respecto a España, el futuro presidente de EE.UU tendrá que tratar las cuestiones oficiales con Pedro Sánchez, pero sobre cuestiones políticas lo hará con Santiago Abascal, que ha sido elegido presidente del grupo parlamentario Patriots. Son 86 eurodiputados sobre 720, y lo integran dieciséis partidos ultraderechistas, entre los que destacan el de Marine Le Pen (Francia), y el de Víktor Orban (Hungría). Es el grupo más claramente trumpista, porque hay otros dos de extrema derecha: Europa de las Naciones Soberanas, que cuenta con 25 eurodiputados, y Conservadores y Reformista europeos con 24 (aquí está el partido de la italiana Meloni). Hace meses parecía que Santiago Abascal había cometido un grave error al romper los gobiernos de coalición con el PP, pero parece que este movimiento le ha salido bien y que el partido mayoritario de la derecha tendrá muy difícil fagocitarlo como en su momento hizo con Ciudadanos.

Los tiempos son importantes en política, y desde el momento en que Pedro Sánchez tomó posesión del cargo, la oposición viene repitiendo que el gobierno está agotado y le quedan escasas semanas de vida.
Sin embargo, no sólo sigue sino que salvo sorpresa aprobará unos presupuestos generales para 2025, lo que garantizará completar la legislatura. Esto es positivo para Vox, porque da tiempo para que se consolide el giro en las redes sociales.

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