Enrique Barrera Beitia
Ferrol tiene un tesoro en los archivos militares del Baluarte y de A Graña. En el primer caso figuran los consejos de guerra y expedientes informativos de la jurisdicción terrestre substanciados en la IV Región Militar (Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Rioja y Castilla León) durante la etapa republicana, de la guerra civil y de buena parte de la postguerra, En el archivo de A Graña, figuran los de la jurisdicción militar de la zona marítima del Cantábrico.
Si pusiéramos cada caja de expedientes una al lado de otra, la fila tendría kilómetros. El comportamiento de las autoridades militares encargadas de autorizar el acceso a los documentos, y del personal que trabaja es estos archivos, siempre ha sido y sigue siendo inmejorable en todos los sentidos. Sus usuarios son las familias de los afectados y los historiadores, que tienen que pernoctar una o varias noches mientras consultan la causa, salvo que residan cerca de nuestra ciudad. Por esta razón muchas personas se ponen en contacto con la asociación Memoria
Histórica Democrática de Ferrolterra para pedir ayuda. Hay una persona que digitaliza las causas por un precio muy razonable, pero es una solución de urgencia y para salir del paso.
Hace unos días, la prensa local informó que una empresa se personó en los archivos para estimar el coste del traslado de los fondos a Madrid, lo que ha provocado reacciones de partidos políticos, instituciones y asociaciones. Esta visita guarda relación con la aplicación de la orden 994/2019 por la que se aprueba el Plan de Archivos de Defensa. La buena noticia es que apuesta por la digitalización de los fondos de toda España, con la intención de que puedan ser consultados por acceso a una web o por envío a un correo electrónico, y la mala es que aunque no lo dice
taxativamente, da a entender que la digitalización se hará en Madrid.
Mi opinión es que la digitalización debe hacerse en los archivos intermedios para evitar un “apagón de consultas”, porque es compatible que un equipo de trabajo digitalice en Ferrol los fondos y al mismo tiempo puedan ser consultados en papel, mientras que en Madrid no sólo dificultaría la consulta a personas de la periferia peninsular, sino que será imposible simultanear la digitalización y la consulta debido a la inmensa mole de legajos acumulados desde todos los archivos españoles. En mi opinión, todos deberíamos apostar por la digitalización en Ferrol, y no
por una mera oposición al traslado de los fondos a la capital del reino.
Un intento fallido en Ferrol
En 2010 hubo un fallido intento del ex-presidente asturiano Vicente Álvarez Areces “Tinín”, para digitalizar los fondos asturianos. Para ello pidió a Memoria Histórica Democrática un informe de costes que yo mismo redacté, por lo que estimo que para el conjunto del territorio español bastarían 15 grupos de cuatro personas para digitalizar en tres años todo el material relativo al periodo 1931-1945. En cuanto a los gastos materiales, oscilaban entre 6.000 y 12.000 euros según las circunstancias, e incluían dos cámaras o dos escáner, los brazos para soportar las cámaras, los equipos de iluminación y de tratamiento informático, de almacenamiento y copias de seguridad.
En resumen, se trata de una inversión perfectamente asumible para las finanzas estatales, y que facilitaría extraordinariamente la búsqueda de información de las familias y de los historiadores.