Arte sacro

Carlos Barcón, pintor.LA OTRA ORILLA

No cabe duda que una de las formas más eficaces de promocionar el arte es, entre otras, claro, los concursos y certámenes colectivos. Es éste un aliciente a la labor artística. El contraste de tendencias, de estilos, de modos, de maestrías… resulta estimulo vivificante para las polémicas. Y tras las polémicas germina siempre el interés.

En ellos, en estos certámenes libres y abiertos, se suelen codear los artistas digamos que ya hechos con los que buscan únicamente la posibilidad de darse a conocer. Sobre todo el joven, se siente un poco arropado por el prestigio de alguno de los mayores, y la paridad de sus nombres en los catálogos les sirve de acicate para futuras labores. Nada digamos si consigue algún galardón o premio.

Por eso me parece bien esa convocatoria de pintura “Pasión Cofrade 2012”, anunciada por la Coordinadora de Cofradías de la Semana Santa, iniciativa que refleja no solamente esa tarea de promover el diálogo entre la fe y la cultura, sino el de complementar las emotivas y entrañables procesiones de nuestra Semana Santa.

Cabria recordar que la Iglesia ha sabido mantener una larga tradición que va desde las Catedrales del Medievo, hasta las delicias del Barroco, pasando por las glorias del Renacimiento clásico. A través del tiempo han sido muchos los artistas que plasmaron en sus obras su auténtica inspiración religiosa, esto es, amor intenso por el tema. El género del arte sacro, el tema religioso, ha sido más que plasmado por pintores , entre otros, de la talla de Miguel Ángel, Leonardo de Vinci, Goya, Velázquez, Salvador Dalí, Marc Chagall, El Bosco, El Greco…

He leído hace tiempo que «la síntesis entre cultura y fe, no es solo una exigencia de la cultura, sino también de la fe…Una fe que no se hace cultura es una fe no plenamente acogida, no totalmente pensada, no fielmente vivida. En su momento y tiempo, el Papa reiteró su preocupación por mantener una relación abierta y confiada con el mundo de la cultura y el  arte, añadiendo, «cuando la Iglesia se sirve del arte para apoyar su propia misión, no es solo por razones de estética, sino también para obedecer a la lógica misma de la Revelación y de la Encarnación. No se trata de endulzar con imágenes tonificantes el camino arduo del hombre, sino de ofrecerle la posibilidad de hacer desde ya, desde ahora, una experiencia de Dios que recoja en sí todo lo que es bueno, bello y verdadero».

Loable y oportuna esta iniciativa artística en una ciudad como la nuestra donde tanto pintor prolifera y que ahora podrá volcarse en este tema religioso de la Semana Santa ferrolana, tan conocida y reconocida, ampliando con su participación, su contenido de acontecimiento de alcance artístico y espiritual de la actividad creadora de nuestro tiempo.

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