David Díaz y Mateo Pintado
45 años después, vuelve el “derbi das rías” a Segunda División. Un Dépor plagado de caras nuevas, y un Racing que trata de asentarse en la categoría, se enfrentan con la gran necesidad de sumar de tres tras dos primeras jornadas en ascuas.
A lo largo de estas últimas semanas, han vuelto a salir los grandes apodos que se tienen puestas ambas aficiones. Los deportivistas, son conocidos como»cascarilleiros«, mientras que la ciudad de Ferrol es apodada como «Vila Podre«. Pero, ¿de dónde provienen estas denominaciones tan peculiares?
«Cascarilleiros«: Un apodo ligado a la industria coruñesa
El término «cascarilleiros» tiene su origen en la historia económica y comercial de La Coruña en el siglo XIX. En aquella época, la ciudad herculina utilizaba las láminas que cubrían el cacao, denominada como «cascarilla», debido a su menor precio en comparación con el del chocolate o café. Los trabajadores que se dedicaban a la
manipulación y transporte de este producto en el puerto comenzaron a ser conocidos como «cascarilleiros». Con el tiempo, esta denominación se extendió a los coruñeses en general, y eventualmente fue adoptada por la afición del Deportivo como un símbolo de identidad local. Aunque su origen es industrial, el término «cascarilleiros» ha
perdurado a lo largo de los años como una forma de orgullo y pertenencia entre los seguidores del club blanquiazul.
Un duro inicio en Riazor
Los de Imanol Idiakez llegan al primer derbi de la temporada con la soga en el cuello. Dos derrotas en sus dos primeros encuentros, y unas sensaciones de no adaptarse a la categoría, hacen que la afición deportivista comience a comerse las uñas pese a las grandes expectativas generadas por el mercado de fichajes. A pesar del mal rendimiento sobre el verde, en Riazor han sido más efectivos los despachos, donde Fernando Soriano ha logrado incorporar a futbolistas jóvenes de gran renombre como son los casos del recién llegado Charlie Patiño, o Luis Chacón, quien llevaba ya un buen tiempo tocando la puerta de clubes de segunda división.
Mucho tendría que cambiar el equipo cascarilla en esta semana para que no se repitiese el esquema utilizado en los dos primeros encuentros, en los que, además, Idiakez, al igual que Cristóbal Parralo, repitió once. Si todo sigue igual, el técnico vasco hará uso del 1-4-2-3-1 con Lucas Pérez como punta sobre el papel; a pesar de la constante ayuda que brinda el herculino al centro del campo bajando a recibir.
Una de las claves de los blanquiazules va a ser sin duda el juego a las espaldas de Naldo y Aleksa Puric. Centrales departamentales que ya se han visto en apuros en varias ocasiones a la hora de tener que correr hacia atrás.
«Vila Podre«: Un término peyorativo transformado en bandera de resistencia
Por otro lado, el apodo «Vila Podre» (que puede traducirse como «ciudad podrida«) tiene un origen menos positivo y está vinculado a la percepción histórica de Ferrol. Aunque su origen no es del todo conocido, se sospecha que la expresión proviene del siglo XIX, cuando la ciudad departamental cayó en una situación crítica a nivel de crisis y
abandono. Además, debía haber sido antes de mediados de siglo, ya que, en el 58, la reina Isabel II concedió a Ferrol el título de ciudad, en lugar de Villa, que era como se la denominada previamente.
Sin embargo, lejos de rechazar el término, los aficionados del Racing de Ferrol lo adoptaron con un espíritu de resistencia y orgullo. Lo que en un principio era un insulto, fue transformado en una reivindicación de la identidad ferrolana, convirtiéndose en un símbolo de la lucha de la ciudad y su equipo. De esta manera, «Vila Podre» pasó de ser un apodo peyorativo a un emblema de orgullo para la afición racinguista.
Un Racing que tiene que engrasar
Tras un mercado en el que la plantilla departamental ha sufrido muchos cambios. Los dos primeros partidos de los ferrolanos han demostrado que en engranaje local debe de engrasar para poder volver a competir como nos tuvieron acostumbrados la pasada campaña.
Un empate ante el Málaga, y una inmerecida derrota contra el Granada, hacen que los de Cristóbal Parralo vayan a Riazor con el ansia de rascar su primera victoria, pero la confianza de ver que el rendimiento sobre el verde no es un problema.
Importante destacar que las acciones a balón parado, claves para un Racing que ha anotado sus dos únicos goles en lo que llevamos de liga de esta manera, no se le dan tan bien a sus rivales. El Deportivo ha encajado dos de sus tres tantos en contra de esta manera.