Marcos López Balado
Me encontraba recientemente de viaje hablando con mi padre y con mi hermano y, charlando con ellos, llegamos a la conclusión de que actualmente, en muchos casos, se ha perdido el espíritu crítico. Sentados en una mesa y tomando algo fresquito, os juro que hemos tenido una conversación y un debate de más altura que los que se suelen ver en las distintas televisiones. Porque nuestra conversación era pura y objetiva, y los de las televisiones persiguen intereses concretos. Precisamente, esto, es algo que va directo al meollo de la conclusión a la que llegamos y que da origen al título a este artículo.
Si hoy en día pasase algo grave algo de índole política o social en Nepal, por ejemplo, mucha gente no tendría opinión ni buscaría información para tenerla. Simplemente esperaría a que saliera por la tele (o las redes) uno de “los suyos” para saber qué es lo que tendría que opinar. Y después defenderían con fervor y vehemencia la posición que los suyos le dicen que hay que tener. De ahí la pregunta ¿se está perdiendo el espíritu crítico?
Podría citar muchísimos ejemplos para ilustrar esta situación, pero para ilustrarlo me voy a centrar en tres sucesos de índole internacional, para salirnos un poco de la política nacional que polariza más, si cabe, las posiciones de cada uno. Me centraré en la guerra de Ucrania, en el conflicto de Gaza y en las elecciones de Venezuela.
Conozco a gente que siempre defiende la posición rusa, haga lo que haga. De tal forma, defienden la invasión de Ucrania, como en su día defendieron la de Chechenia, donde aproximadamente 40.000 civiles inocentes perdieron la vida. Recordemos que la guerra de Chechenia vino precedida de un atentado. Sin embargo, esas mismas personas están manifiestamente en contra de la intervención de Israel en Gaza, a pesar de estar precedida de un atentado peor que el que motivó la guerra de Chechenia. Porque parece ser que Rusia sí tiene derecho a atacar a quien quiera, cuando quiera y como quiera. Y con menos excusa que un atentado… porque Rusia fue a “desnazificar” Ucrania, como si fuera su responsabilidad lo que suceda en otro país… o como si el mismísimo Volodomir Zelenski no fuera precisamente judío.
Del mismo modo, hay quien considera justificada completamente la intervención Israelí en Gaza, al precio y al coste que sea. Porque un país tiene derecho a defenderse y eso lo justifica todo. Sin embargo, estamos en las mismas… ¿qué pasa? ¿No es posible creer en la capacidad de un estado para defenderse y al mismo tiempo estar en contra de cometer una masacre entre la población civil? Porque yo, por ejemplo, creo que Israel tras el atentado tenía el derecho, incluso estaba obligado, a actuar, a defenderse y a garantizar la seguridad y la paz para sus habitantes. ¿Pero eso significa que todo está justificado? Obviamente no. Israel, además de la intervención militar con bombardeos y con asedios en zonas con población civil, llevó a cabo una operación de eliminación de los principales líderes de Hamas, organización que perpetró los atentados. Esta última opción me parece justificada y hasta lógica, la otra no.
Del mismo modo, entre una parte de la sociedad (muy concreta) no para de repetirse que Israel está cometiendo un genocidio en Gaza. Entonces resulta que nuevamente tenemos que caer forzosamente en contradicciones por falta de espíritu crítico. Porque hay que comprar todo el lote. Si estás en contra de las muertes de la población civil,
entonces tienes que decir que hay un genocidio. Todo lo que no sea decir eso, es que estás en el lado de los que defienden la intervención israelí al precio que sea. Pues qué queréis que os diga… no, no es así. Hay muchas personas, como yo, que pensamos que la respuesta de Israel estaba justificada, pero es desmedida. Pensamos que Israel está cometiendo una buena cantidad de crímenes de guerra y que Benjamín Netanyahu, y alguno de sus mandos militares, tendrán que ser juzgados por ello. Pero los crímenes de guerra, no son un genocidio. Israel no ha puesto en marcha un mecanismo de exterminación sistemática del pueblo palestino o árabe, como los nazis sí hicieron por ejemplo con el pueblo judío. 40.000 víctimas civiles (según Hamas) de más de 5 millones de habitantes… no es una exterminación sistemática. Un 20% de la población Israelí es árabe, mismamente, sin ser perseguidos o exterminados, y Palestina tiene hoy más del doble habitantes que en el año 1990, y cinco veces más que en 1950. Ahora bien, insisto, que crea que no hay un genocidio, no significa que esté de acuerdo con la intervención o que no crea que hay crímenes de guerra. ¡No hay que comprar el lote completo! ¡Se puede tener opinión propia!
Y lo mismo con el caso de las elecciones de Venezuela. Hay gente que se cansa de decir que España no es una democracia, solo porque no ganan los suyos. Sin embargo, Venezuela para ellos sí lo es. Porque celebran elecciones… y además sí ganan los que les generan simpatías. Y dan igual los hechos. Da igual que se expulsaran observadores internacionales no autorizados por el régimen y que los que sí estaban autorizados concluyeran que hubo tongo en el proceso electoral. Da igual, porque son de su color y eso lo justifica todo. Si la ONU concluye que el proceso electoral no fue democrático… es que la ONU está comprada y no vale, menos en el caso de Israel cuando denuncian los crímenes de guerra israelíes, que ahí la ONU vuelve a valer… de hecho, solo vale cuando dice “lo que quiero oír”. ¿Cómo? ¿Qué varios líderes de la izquierda de más izquierda de Latinoamérica salen a denunciar el amaño? Pues como dice Maduro, que se metan en lo suyo… estarán comprados por el imperialismo yanqui. Nada… dan igual las contradicciones. En España me quejo de la “ley mordaza” (a pesar que la izquierda gobierna hace 6 años y no fue derogada) pero en Venezuela justificamos que Maduro le “declare la guerra” a Whattsapp, Facebook, a X y a Elon “Mosk”… y al mismísimo TikTok, que es una aplicación de su aliado chino. Da igual… porque primero hay que escoger el color, y luego lo que se opina, que varía según la geografía y el color político.
Aquí parece que hay que escoger un lote completo según tu tendencia política. Pues señores, se puede estar en contra de la invasión rusa en Ucrania, en contra los crímenes de guerra de Israel en Gaza y en contra del golpe de estado chavista. Se llama tener opinión propia y espíritu crítico.