Enrique Barrera Beítia
José Luis Álvarez me ha dedicado un artículo (“Al sr Barrera, sin ́acritu ́, y con las cartas boca arriba”) para replicar mis opiniones sobre otro que él hizo. No comentaré contenidos interpretables que sólo encontrarían eco en personas con el sesgo ideológico marcado, salvo aclarar que la Xunta no concedía el permiso para construir la residencia de mayores en el Bertón porque quería una exención de impuestos.
Cuestión distinta es abordar las razones que aduce para encontrar injustificada la ausencia del anterior alcalde en comisiones informativas, porque esta crítica abre el debate sobre como facilitar o dificultar la actividad municipal de quienes no cobran un sueldo del presupuesto local.
De entrada, no está nada claro que cualquier empresa esté obligada a permitir la asistencia a cualquier tipo de reunión en el concello en horario laboral. El artículo 37.3 d) del Estatuto de los Trabajadores reconoce al trabajador, “previo aviso y justificación, el derecho a ausentarse con derecho a remuneración, por el tiempo indispensable, para el cumplimiento de un deber inexcusable de carácter público y personal”. A diferencia de los plenos, las comisiones informativas no tienen esa trascendencia porque no son decisorias y el grupo municipal socialista tiene garantizado su presencia con otras personas.
Si como es el caso del ex-alcalde, trabaja en una típica industria privada que además está ubicada en un polígono industrial de A Coruña, el viaje de venida y vuelta al trabajo sumado a la duración media de cada sesión, supondría faltar no menos de tres horas de su jornada semanal por cada asistencia a una comisión informativa. Es obvio que la empresa presentaría sus alegaciones y ganaría.
El problema se alivia si trabajas cerca del concello, o si puedes acomodar ambos horarios como cuando yo era concejal y mantenía mi actividad profesional en el IES de Caranza, que está muy bien comunicado por
transporte público con el centro de Ferrol. Para ello bastaba que al comenzar el curso escolar, organizase mi horario de clases para poder asistir a un par de comisiones informativas.
Más preocupante para los intereses locales me parece el caso del actual alcalde, que gana su sueldo como
senador en Madrid, que está a 800 kilómetros, porque entiendo que el primer edil de la ciudad debe estar
en su ciudad todos los días. Si para ello hay que subirle el sueldo, el PP tiene que llevar la propuesta al pleno para su aprobación, porque tiene mayoría absoluta.
A los ferrolanos hay que decirles la verdad, que es impropio de una ciudad de 66.000 habitantes asignar al alcalde un sueldo bruto de 40.040 euros, que tras pagar impuestos queda en catorce pagas de poco más de 2.000 euros. De esto es responsable el populismo de cierto partido (no diré el nombre) que hizo de la bajada de sueldos un elemento central de regeneración democrática, pero esta es otra historia de la que ya vemos las consecuencias.