Puertas al campo (Gabriel Elorriaga F.)

Gabriel Elorriaga F.-Ex diputado y ex senador

Nuestro planeta se calienta tan lentamente que los habitantes de las ciudades esperamos impacientes los días que nos permitan constatar que el mundo sigue siendo una pradera plural, florida y hermosa. No es posible poner puertas al campo más allá del cemento de las urbanizaciones y los privilegios de la burocracia.

Distintos colores matizan todas las noticias en el campo de la información. El presidente Pedro Sánchez no ve las cosas tan claras y cree que hay unos dragones volantes que él llama “pseudomedios” y tabloides digitales que siembran bolos y bulos por los altos espacios siguiendo diseños previstos por espíritus perversos.

El Reglamento Europeo al que se refiere Sánchez trata de evitar que se pongan límites a la libertad de expresión e información en vez de estorbarla. Las noticias contrastadas por el tamiz de las fuentes. Junto a las fuentes sigue habiendo periódicos y se siguen leyendo como tales y evolucionando según permiten las grandes tecnologías. Nadie puede poner puertas al campo de la información ni descalificar alguno como “pseudomedio” o tabloide digital.

Hay que recurrir al viejo diccionario de antaño para recordar que el americanismo tabloide se refiere al formato y no a los contenidos. Esas fórmulas cuadrangulares que se decía que servían un día para leer las noticias y otro para envolver el pescado y que vomitaban todas las máquinas compitiendo por las exclusivas con aquellos empapelados nostálgicos de cuando la prensa angloamericana lucía sus encantos. En la actualidad democrática resuenan como algo arcaico ver misteriosos “pseudomedios” o tabloides digitales sembrando bulos. Solo el hipersensible presidente Sánchez capta esa proliferación como un peligro público.

Los cuadrángulos serán grandes espacios en las televisiones y espacios pequeñitos en los teléfonos digitales de los ciudadanos. Es el fruto de la independencia creciente de la información más poderosa en manos de sus profesionales que de los poderes transcendentes y los intereses políticos, hasta hacer rejuvenecer el viejo concepto de tabloide cuando triunfaba la materialidad de la bobina de papel con todos sus condicionamientos comerciales y controlables. Hoy da la impresión de que Sánchez se preocupa por prejuicios de un pasado que no conoció y que le gustaría reconstruir.