Enrique Barrera Beitia
Hemos rebasado el primer año de gobierno municipal, y la única encuesta publicada señalaba que sólo hay mínimas fluctuaciones que no alteran el reparto de concejales. Además de terminar las obras que heredó, que son de mucho empaque, hay otras actuaciones en curso como la residencia de mayores en el Bertón, sin duda una ubicación mucho más adecuada que la manejada inicialmente por la Xunta, pero poco más. Hay que exigir a este gobierno que meta una marcha más a su gestión por la sencilla razón de que tiene una mayoría absoluta de trece concejales, a los que hay que añadir once puestos de libre designación sumando un equipo de veinticuatro personas, que casi duplica al de trece del anterior alcalde (ocho y cinco respectivamente).
Desde el pasado 24 de mayo JM Rey Varela ha celebrado tres importantes ruedas de prensa para presentar la hoja de ruta para 2030, con una treintena de propuestas centradas en el fomento de empleo, el acceso a la vivienda, la movilidad sostenible y un uso racional del suelo “para lograr un entorno más justo y sostenible”. Todo esto es de agradecer y desde luego apunta en una dirección que a mí me gusta, pero si vamos a los detalles el panorama se oscurece.
En relación al fomento del empleo, se habilita una partida de 150.000 euros “para financiar el tejido empresarial”. No sólo se trata de una cantidad escasa, sino que se ha descartado ubicar en Porta Nova el espacio de coworking financiado por la Diputación, que ahora está buscando sede por su cuenta. No se ha avanzado con la Universidad de Coruña sobre el centro de investigación del naval, ni sobre la creación de suelo industrial en Mandiá. A finales de mayo, se anunció un acuerdo con la Autoridad Portuaria para disponer de suelo en A Malata, pero esto ya estaba recogido en un convenio firmado por el anterior alcalde. Lo más contradictorio en este apartado es que el 48% de los puestos de la plantilla municipal siguen vacantes.
Sobre el acceso a la vivienda no hay ayudas a la rehabilitación, carencia especialmente grave en una ciudad como Ferrol que tiene muchas viviendas vacías. La rehabilitación es la que realmente está tirando del sector, porque los expedientes de obras bajaron más del 17%, según datos del Colegio Oficial de Arquitectos. Además, en relación a lo que cuesta comprar, el alquiler está subiendo. Ángel Mato había previsto construir viviendas de alquiler en el solar del cuartel Sánchez de Aguilera, pero el actual alcalde ha dado a entender que este espacio se ofertará para nueva construcción, de manera que la vivienda como bien de mercado volverá a ganar la partida a la vivienda como bien social.
En el apartado de movilidad sostenible la contradicción también es manifiesta, porque el coche ha recuperado espacios peatonales, y hemos tenido que esperar al pasado 29 de mayo para que se diera el primer contacto con el ministro de Fomento para hablar del ferrocarril.
La joya de la corona es el cuartel Sánchez de Aguilera, y es verdad que cualquier actuación mejorará el actual solar ruinoso, pero la rueda de prensa ofrecida el pasado lunes 26 de junio por el alcalde presenta en mi opinión indicios preocupantes. Tras haber rechazado en el anterior mandato un aparcamiento subterráneo de 300 plazas (con un parque público encima), anuncia ahora uno de 100 plazas en una superficie que estaba destinada a zona verde.
Estas últimas comparecencias podían haber despejado las dudas sobre la residencia para estudiantes universitarios, la nueva comisaría de policía y el nuevo edificio judicial. Desgraciadamente, nada se ha dicho sobre estos equipamientos tan convenientes para Ferrol, y para los que la Xunta había prometido financiación.