Fin de Semana en Ferrol. Sugerencias gastronómicas-«La Antigua»

Alberto Doce Grandal – «La Antigua»- Foto Galicia Artabra
 
(Según saber y entender de Carlox Román). Posiblemente estaremos de acuerdo que, una de las propuestas que puede hacer más agradables nuestra vida es precisamente, explorar el disfrute que nos permiten nuestros sentidos. Es decir, hacer de ellos un uso lúdico, dentro de las posibilidades que se nos ofrezcan. Y en esto, la mesa, suele responder, ya que hay una diferencia sustancial entra la pura tarea de alimentarse y el magnífico acto de gozar de un plato bien elaborado y sobre todo bien presentado.
Y aquí, precisamente en nuestra ciudad, tenemos donde escoger y señalar lugares donde se puede disfrutar de este gratísimo tema, porque amigas y amigos, de nuestro diario digital Galicia Artabra, de sobra sabemos que Ferrol es una ciudad de bueno y variado comer y beber.
Sin chauvinismos, sin falsos orgullos, esta es la ciudad que nos ofrece la mejor en gastronomía, como puede ser, entre otros, claro…el bien situado local titulado café bar La Antigua, sito/esquina entre la calle del Carmen nº13 y la de Manuel de Cal, en plena Plaza del Callao, que muchos de mi quinta recordarán como la cafetería Las Palmeras, bien llevado por el recordado amigo Fernando Martínez, excelente persona y magnifico profesional, aficionado que era al billar, la lectura y hasta el deporte, entre otros, y que ahora con buen tino y eficacia regenta el activo profesional Alberto Doce Grandal, y que remodelando el local, nos ofrece una más que atractiva carta que se inicia con agradable entrantes, como puede ser la rica ensaladilla, croquetas queso a la plancha, pan tumaca con jamón o saquitos de salmón o marisco, y ya en tono de frescas ensaladas, la Tropical, mixta, a Antigua, parrillada de verduras, setas con jamón pimientos de Padrón…o huevos rotos con pulpo, revuelto de grelos o gambas, y ya en pescados, zamburiñas, langostinos, pulpo a la feria, chipirones, marraxo, lubina, salmón y bacalao, bien a la plancha, con patatas cocidas y ensaladas, o Bacalao a la portuguesa, ya probado por uno mismo, que es un plato de aceptación general y digno de figurar en las mejores mesas.  Por supuesto, el tema de las carnes, habría que apuntarlo también: Solomillo de ternera, Secreto a la plancha, Entrecot de ternera, Pollo al queso, Raxo al San Simón…
 
Una visita a este agradable y bien situado café-bar/restaurante es aconsejable. Y sin vergüenza.. pida por esa boquitaporque el que tiene vergüenza, ya sabe, ni come ni almuerza. Su propietario Alberto, natural de Cobas, le aconsejará, ya que es persona de trato amable, atento y siempre cordial.
 
EN EL RECUERDO. 
Seguramente muchas personas ni lo recordarán, ya que el local a través del tiempo, ha pasado por diferentes manos. No obstante lo reseño porque muchos otros si se accordarán del pub Koppas, que aunque no era un restaurante propiamente dicho, sino era como decía su nombre, un bar de copas, creperie/restaurante,  sito en la calle del Sol 199 bajo, donde uno mismo solía frecuentarlo, como muchas reconocidas personas de la ciudad, y que era muy bien llevado por dos buenas amigas.
 
Un local, con singular decoración, incluso algunas veces con cuadros de significados pintores locales,  y en donde un día ya lejano, junio del 1987, era visitado por nada más y nada menos que por don Felipe de Borbón y Grecia, en aquél entonces Príncipe de Asturias...y que el recordado amigo Arjo, dejaría para la historia, en buena fotografía.
 
DE COCTELES…
Fue los que a lo largo y ancho de su vida, nos aportó mi recordado amigo, Antonio Lourés Suárez, veterano cheff y barman, experto en muchas cosas, pero especialmente en esa bebida compuesta de una mixtura de licores, junto con otros ingredientes y que, repito, mi recordado Antonio era todo un experto.
 
Antonio Lourés Suárez- Foto cedida
Y mucho de su coctelería había sido dedicada a personajes de la vida local. A uno mismo, de cara a la entrada del verano, me había creado una sangría, que consistía en un litro de vino ribeiro, tinto, cinco cucharadas de azúcar, un zumo de limón exprimido, un limón en rodajas, dos melocotones, dos copas de coñac, una copa de Cointreau o triple seco, canelita en rama… y ya todo este mejunge, se pondría a enfriar en la nevera, a esperar ser servido… aunque claro, habría que añadirle media botella de gaseosa, con trozos de hielo y listo para degustar, sabiendo que como cóctel refrescante del verano y recordando que la coctelería es tan vieja como el hombre, aunque sus reglas y sus normas han ido variando con el paso del tiempo.
 

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