«Siempre hemos participado en crisis humanitarias en el exterior y ahora que tenemos nuestra propia crisis en España, también queremos apoyar y ayudar a todos los que lo necesiten». Así define el capellán castrense Francisco Bravo, párroco de Santa María de la Dehesa (Madrid), la razón de ser de Cáritas Castrense, una iniciativa del actual arzobispo castrense, monseñor Juan del Río Martín, que empezó a gestarse hace unos meses y que ahora ha visto la luz.
«En las Fuerzas Armadas también hay personas que necesitan ayuda en momentos de crisis», explica el páter Francisco Bravo, quien ha sido nombrado delegado episcopal de Cáritas Castrense. «Es cierto -admite- que no es tan habitual que un militar pase por dificultades económicas». No, al menos, en comparación con otros sectores de la sociedad. «Pero la pobreza -recuerda- no es sólo material». De hecho, y así lo cita como ejemplo, la soledad es otro tipo de pobreza. «Hay personas mayores en el ámbito castrense que están solas, y necesitan que alguien las atienda y les haga compañía».
Y a ésta y a otras necesidades, también por supuesto de carácter material, dará respuesta Cáritas Castrense, que se nutrirá, ya lo está haciendo, de los capellanes del Arzobispado Castrense, así como de voluntarios civiles y militares. «Queremos hacer frente a esas pequeñas realidades, a esas dificultades, que podemos encontrar en las Fuerzas Armadas, y ayudar en momentos de dificultad y de crisis», afirma.
Acción solidaria más allá de las Fuerzas Armadas
Pero esa ayuda no se quedará sólo en el ámbito castrense. «En momentos de crisis como el actual hay que aunar esfuerzos», subraya. Por eso, las líneas de actuación de Cáritas Castrense, que funcionará exactamente igual que las Cáritas diocesanas, serán tres: una interna, para dar respuesta a las necesidades que haya en el seno de las Fuerzas Armadas; otra que estará centrada en la colaboración con Cáritas Española y otras entidades similares de las diócesis civiles; y una tercera de carácter internacional, para llevar ayuda a los sectores más necesitados de los países en los que hay capellanes castrenses desplegados con las tropas españolas.
«Todas estas actuaciones ya se hacían con anterioridad -aclara el páter Francisco Bravo-, pero queríamos ‘oficializar’ esa ayuda, encauzar la acción caritativa de nuestras parroquias y capellanías castrenses». Y es que Cáritas Castrense nace en plena crisis económica «con el deseo de poder ser un grano más en la ayuda a todos los que trabajan a favor de los más desfavorecidos, y aportar y dar respuesta a las diferentes necesidades de pobreza y necesidad», concluye.
Cáritas Castrense estará presidida por monseñor del Río, y habrá un Consejo de Dirección con un presidente, un secretario general (ambos militares) y un delegado episcopal.