Manuel Molares do Val-(cronicasbarbaras.es-molares,@yahoo.es)
No es La Pasión Rubia, como Marilyn o Madona, pero Carme o Carmen Chacón, que es morena, pelea con igual ímpetu por el éxito: dirigir el PSOE y gobernar España.
Llamémosle, pues, La Pasión Moreneta que ha vuelto al combate dentro del PSOE tras la debacle electoral del pasado 20N, y después de perder el 4 de febrero ante Alfredo Pérez Rubalcaba en la lucha por la Secretaría General del partido.
Chacón comienza a hacer declaraciones afirmando que no es una separatista catalana, pero tiene que reconocer que, como afiliada al PSC, el socialismo catalán, debe defender la reforma constitucional que demanda su partido para establecer el “derecho a decidir” en referéndum la secesión de Cataluña.
Entre tanto, apoya el federalismo asimétrico y pretende cambiar España por “las Españas”: la nación discutida y discutible de Zapatero, con Cataluña preponderante.
Chacón fue la mujer de bandera zapateril entre 2004 y 2012, primero como ministra de la Vivienda sólo de adorno, luego como pacifista ministra de Defensa y madre embarazada que terminó ayudando a bombardear a Gadafi.
Así, entregó media Libia a los yihadistas, hermanos de los que en 2004 mataron en los trenes de Madrid a 191 personas, por lo que tres días después Zapatero ganó las elecciones contra todo pronóstico.
Este currículo la vincula tanto al zapaterismo como a Rubalcaba, que pudo controlar las tarambanas de su jefe, pero que las aplaudió tan entusiásticamente como ella.
La Pasión Moreneta lucha ya con el apoyo del extraordinario Miguel Barroso, su marido, un gurú que crea líderes del barro, como Dios hizo con Adán: fue él quien fabricó ese artefacto llamado ZP.
Atentos a La Pasión Moreneta: tiene detrás una ingeniosa máquina de propaganda, algo así como un inspirado Abad de Montserrat, pero laico.