Enrique Barrera Beitia
¿Tenemos el peor gobierno de la historia de España? ¿Caminamos hacia la dictadura, o ya estamos en ella? ¿Es más eficiente la derecha creando riqueza? ¿Es más eficiente la izquierda repartiendo riqueza o lo que hace es repartir pobreza? Son preguntas que más allá del tono en que las expresemos sólo se pueden responder objetivamente con datos, y por esta razón nada mejor que comparar las cifras que ofrecen los mandatos de Mariano Rajoy (diciembre de 2011 a junio de 2018) y Pedro Sánchez (junio de 2018 hasta abril de 2024) en la creación de puestos de trabajo, en la lucha contra las desigualdades y en la salud democrática.
Una modelo para mediar la desigualdad es el World Inequality Report elaborado por Lucas Chancel, Thomas Piketty, Emmanuel Saez y Gabriel Zucman. En su entrega de 2022 señala que España era un país relativamente igualitario en comparación con sus vecinos europeos, con niveles de desigualdad similares a los de Francia y algo más bajos que en Alemania. Más usado es el Índice GINI, que puntúa de 0 a 100 de manera que a mayor puntuación mayor desigualdad. Las cifras nos indican que con Mariano Rajoy se redujo de 34.0 a 33.2 y con PedroSánchez de 33.2 a 31.5; es decir, 0.8 puntos en 79 meses y 1.7 puntos en 63 meses respectivamente. Sin conceder margen para la autocomplacencia, sólo desde el sectarismo se puede negar que hemos mejorado, y esto se debe seguramente a que las pensiones han mantenido su poder adquisitivo, a que se ha implantado el Ingreso Mínimo Vital y a que se ha reducido el paro; Mariano Rajoy creó 1.412.000 puestos de trabajo y con Pedro Sánchez hay 1.928.000, es decir, 516.000 empleos más en diez meses menos.
En cuanto a la salud democrática, el indicador más manejado es el denominado Índice de Democracia que elabora el semanario británico The Economist. El estudio analiza 165 estados y considera democracias plenas a los 24 estados que obtienen puntuaciones entre 8 y 10, democracias deficientes a los 48 que puntúan entre 6 y 8 puntos, regímenes híbridos a los 34 que puntúan entre 4 y 6 puntos, y regímenes autoritarios a los restantes 59 estados con menos de 4 puntos.
En 2023 España ocupó el puesto 23 repitiendo la puntuación de 8.08, y por lo tanto continúa en la primera categoría, puntuando así en los cinco apartados analizados:
Proceso electoral y pluralismo 9.58
Derechos civiles 8.53
Funcionamiento del gobierno 7.50
Cultura política 7.50
Participación política 7.22
Naturalmente, si los datos no encajan con nuestra idea preconcebida, siempre podemos decir que están
equivocados o que son mentira.