Con el fin de conmemorar el 75 aniversario (1949-2024) de la nueva imagen del Cristo de los Navegantes, que procesiona en nuestra Semana Santa, la Cofradía de la Soledad celebra este sábado, día 4 de mayo, en la iglesia del Socorro, a las siete de la tarde una Eucaristía a la que seguirá una procesión extraordinaria.
De esta forma, la Cofradía retoma los actos y preparativos que tenía organizados para la jornada del Miércoles Santo, que no se pudieron llevar a cabo debido a las inclemencias meteorológicas.
El recorrido por el que transcurrirá la procesión será el mismo que el planeado para el pasado Miércoles Santo: Parroquia del Socorro, Merced, Comellas, San Antonio, San Francisco, Rastro, Puerta del Parque del Arsenal, salida por la puerta de la Cortina, Avenida de la Marina y retirada en la iglesia del Socorro.
El acompañamiento musical correrá a cargo de la Agrupación Musical Stmo. Cristo de la Buena Muerte.
Historia de la imagen del Cristo de los Navegantes
En 1948 se encargó a los talleres de Enrique Carballido, situados en Santiago, una nueva imagen del Cristo de los Navegantes para procesionar, puesto que la talla original se encontraba en un estado delicado. En enero de 1949 se entregó la nueva imagen, que desde ese año procesiona en la tarde del Miércoles Santo por el barrio de Ferrol ello, dejando así la imagen original, a buen recaudo, expuesta al culto en su altar lateral del templo del Socorro.
La leyenda del Cristo de los Navegantes
Cuenta la leyenda que en el siglo XVIII un barco inglés cargado de sal arribó en el puerto de Ferrol y, al disponerse a descargar su mercancía, emergió la talla de un Cristo entre la carga (en aquella época se prohibieron las imágenes en templos protestantes). Los marineros del mercante, entre extrañados y emocionados, quisieron zarpar de inmediato para repatriar la imagen que habían encontrado; pero, tras varios intentos de hacerse a la mar, los temporales no se lo permitieron. Por ello, en ese momento pensaron que tal vez el Cristo quería quedarse en Ferrol. Y dicho y hecho. Procedieron a entregarlo en la iglesia y en ese momento la meteorología les permitió zarpar, con la mar en calma y como un plato. Mientras tanto, los vecinos lo vieron como un regalo divino y lo trasladaron a un oratorio en la primitiva parroquial de San Julián. Años después con la edificación de la iglesia de Nuestra Señora del Socorro, cuyas obras se principiaron el uno de enero de 1767, se traslada definitivamente el Cristo a este templo del que ya nunca saldría.
Desde entonces, cada miércoles Santo son miles las personas que acompañan al bautizado como “Cristo de los Navegantes” por las calles del barrio de Ferrol Vello. Muchas de ellas, íntimamente ligadas a la mar, tales como miembros de la Armada, marinos mercantes deportivos o pescadores.