Por Juan de la Hoz
Apenas la carroza del rey Baltasar pasó ocupando su último lugar en la tradicional cabalgata navideña la maquinaria cofrade ferrolana, tan poco dada a la imprevisibilidad, echaba a andar anunciando para el pasado sábado 13 de enero la presentación de su cartel oficial por parte de la Junta de Cofradías.
La indiferencia habitual del ferrolano en general y del “semanasantero” en particular ante estas cuestiones no dejaba entrever nada fuera del guión. Un mero acto rutinario en el que llama la atención el cada vez menor interés que suscita por parte del público, dado que apenas había asistentes congregados. Por ello, nada hacía presagiar que al descubrimiento del cartel le siguiera la presentación de un nuevo logo que, tras un vistazo rápido a los canales oficiales de la Semana Santa de Ferrol, se puede constatar que no ha dejado indiferente a nadie.
Cabe preguntarse cuál es la intención de todo esto. Hay quien se pregunta si realmente es necesario que la Semana Santa de Ferrol como tal tenga un logo.
Desde luego, si la intención es imitar a la otra Semana Santa de Interés Turístico Internacional de la comunidad, la de la ciudad departamental no sale bien parada.
La flamante creación, que lleva el sello de la empresa de comunicación encargada de administrar los perfiles en redes de la Junta de Cofradías, ha corrido como la pólvora entre los mentideros cofrades de la ciudad con no pocas opiniones en contra. En cambio, parece haber hecho las delicias de ese sector que, desde su óptica woke, se muestra muy empeñado últimamente en acuñar toda manifestación de “ferrolanía”, si es que se quiere entender la Semana Santa como tal expresión y que, aunque la cuestión cofrade le pilla de refilón, tiene cada vez mayor poder de influencia entre los que dirigen y manejan el cotarro procesional.
Tampoco escapa a la vista de nadie la total ausencia de simbología religiosa, la falta de carácter cofrade, su impersonalidad…Es, en definitiva, un logo muy laico y muy para todos los públicos que, recurriendo al tópico de las grúas, ya ha habido quien lo ha identificado más bien con la construcción naval o el movimiento sindical.
Inclusivo y diverso, como dicta la agenda ideológica imperante, esta nueva ocurrencia parece que busca no ofender.
¿Será por este motivo por el que la cruz (elemento que abre todas y cada una de las procesiones, detalle sin importancia) aparentemente no tiene cabida?. Al menos no han utilizado las grúas para clavar al protagonista de todo esto, como sí han hecho otros colectivos diocesanos de la ciudad.
¿Realmente es este el camino pot el que la Semana Santa Ferrolana debe transitar?