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La presencia de níquel y trihalometanos en la red de abastecimiento para las parroquias de Cariño y A Pedra había obligado a no recomendar su ingesta a mediados del pasado noviembre, pero desde hoy todos los habitantes del Concello de Cariño pueden consumir ya agua de la traída municipal.
El ejecutivo local recibió a lo largo de este miércoles día 10 la notificación de la Xunta de Galicia con la que se oficializaba el cierre de la incidencia que pesaba sobre la ingesta de agua desde mediados del pasado noviembre en las parroquias de Cariño y A Pedra.
Por aquel entonces, las fuertes lluvias de principios de mes provocaron un ‘efecto arrastre’ que condujo a detectar en la red de abastecimiento una cantidad de níquel y trihalometanos por encima del valor sanitario establecido en la normativa vigente. Desde aquel momento, el Concello trabajó junto con las autoridades competentes y expertos no solo para analizar de manera periódica los parámetros del agua, sino también para detectar el porqué de esta presencia de elementos recurrente en el agua. Cabe recordar que en el último año, parte de la población cariñesa ha tenido que ver cómo se restringía el consumo de agua de grifo por la detección de este elemento en la red de suministración pública hasta en dos ocasiones.
A mayores, para paliar la ausencia de servicio, el Concello llevó a cabo un reparto inicial de garrafas, que complementó posteriormente con la presencia periódica de un camión cisterna. Dicho transporte acudía cada semana a la localidad para ofrecer a los vecinos y vecinas afectados la posibilidad de disponer de agua.
Ahora, casi dos meses después, el Concello de Cariño puede anunciar que la Xefatura Territorial le comunicó el fin de las incidencias por níquel y trihalometanos, por lo ya no existe un veto al consumo de agua en Cariño y A Pedra. Por una parte, el resultado de la analítica en cuestión ofrecía un resultado de 14 microgramos/litro de níquel, cuando el valor paramétrico máximo permitido es de 20 microgramos/litro.
Por otro lado, los trihalometanos detectados ofrecían un resultado de 45 microgramos/litro, menos de la mitad del valor paramétrico establecido como límite (100). El fin de esta incidencia no significa el fin del control de la calidad del agua. De hecho, se continuarán haciendo análisis cada 15 días en el agua tratada en la ETAP de Castro, tal y como se venía haciendo durante el resto del año.
A mayores, el Concello de Cariño busca soluciones a largo plazo para evitar que este problema se repita. En esta línea, ya está en fase de ejecución la reparación de los filtros de la depuradora. Mientras, se buscan fórmulas definitivas para acabar con esta tendencia recurrente. Entre las propuestas que están encima de la mesa se encuentran la construcción de ‘terrazas’, de decantaciones o aumentar la capacidad de otro de los embalses del municipio para que pase a ser suministrador principal.
