Enrique Barrera Beitia
Hace un año escuché una reflexión que me llamó la atención. Alguien comentó que si seleccionábamos una muestra representativa de cien gallegos, y les preguntábamos si conocían a Alberto Núñez Feijóo, la respuesta de la inmensa mayoría sería que sí, pero si a continuación les pedíamos que señalasen algo positivo y algo negativo de su gestión como presidente de la Xunta de Galicia, una gran mayoría no sabría
qué responder. Pues bien, algo parecido podemos decir a fecha de hoy sobre la actuación de nuestro alcalde.
Por un lado, su predecesor Ángel Mato tiene razón cuando señala que lo que ha hecho hasta ahora ha sido continuar con las obras que ya estaban empezadas antes de las elecciones, pero también tiene razón JM Rey Varela al pedir que se espere al 2024 para verle trabajar con su propio presupuesto. A falta de momentos fascinantes, tampoco hemos vivido controversias, pues la mayor polémica parece que ha sido el soterramiento del patrimonio histórico medieval bajo las obras de la calle San Francisco, y para que nos vamos a engañar, esto sólo ha provocado enfado en una parte muy concreta de la ciudadanía.
La diferencia con el anterior alcalde es que JM Rey Varela tiene mayoría absoluta y podría imprimir un ritmo más ágil en el día a día municipal, pero lo que yo percibo es que sus concejales mantienen el ritmo propio de un gobierno en minoría.
No negociar con el gobierno central
Así las cosas, la política nacional puede terminar perjudicando a Ferrol, porque Alberto Núñez Feijóo cree que la coalición parlamentaria que sostiene a Pedro Sánchez es tan variada que terminará saltando por los aires en 2024, y sospecho que ha pedido reducir al máximo los contactos de alcaldes y presidentes autonómicos del Partido Popular con los ministros. De hecho, aunque por su cargo de senador nuestro
primer edil pasa suficiente tiempo en Madrid, no le conocemos iniciativas en este sentido. El riesgo de esta estrategia es que si falla, y estoy convencido que fallará, habrá que iniciar en tiempo de descuento las negociaciones para alcanzar acuerdos sobre los numerosos asuntos que afectan a una ciudad que cada vez le va mejor, porque si se dice que “lo que es bueno para General Motors es bueno para Estados Unidos”, aquí podemos decir que si a Navantia le va bien, a Ferrol también le va bien, y no es casualidad que hace pocas fechas conociéramos un modesto repunte de los nacimientos en 2022, rompiendo una tendencia de décadas.