Derrota

Antonio Miguel Carmona-(director de Diario Progresista)

No se trata de hacer del árbol caído una leña cuya luz no sirva siquiera para alumbrar el futuro. Ni se trata en absoluto de que las vestiduras que se rasguen no nos permitan desde la ansiedad tomar las decisiones que inexorablemente se deben tomar.

¿Por qué ha habido una baja participación electoral? La abstención se produce cuando los trabajadores se quedan en casa, siendo ésta la causa inevitable de que la izquierda habite la oposición y los escaños que no deberían corresponderle en la historia de España.

Y, añado, los trabajadores y las trabajadoras se quedan en casa cuando su misma izquierda, ni les da respuestas, ni les permite participar en un futuro en el que el partido socialista es instrumento de la propia clase trabajadora a la que en no pocas ocasiones da la espalda.

La solución sin ansiedad es la democracia. Devolver el partido a los militantes, a los simpatizantes, a los votantes y a los trabajadores. No será una clase dirigente la que se renueve a sí misma, sino que ha de ser la clase trabajadora la que participe democráticamente en ese cambio.

A esto hay que añadir que el tacticismo de Feijoo ha logrado enfrentar en campaña su programa frente al de Rajoy, evitando el choque entre su proyecto y el del PSdG. Pero, mucho me temo que, aún siendo esta la realidad, la alegría cierta de los conservadores de Santiago multiplicará las políticas lesivas que vienen de Madrid.

El partido nacionalista vasco, ganador en unas elecciones sin violencia, tendrá que conformar un gobierno moderado que evite las tentaciones del abrazo de Bildu desde el convencimiento que la sociedad vasca es plural y ha premiado coyunturalmente el rechazo de la violencia.

Como es repetido en la historia universal, los nacionalismos se alimentan de las depresiones. El crecimiento de un redivivo Beiras a costa de un dividido Bloque, el alzamiento de Bildu y la victoria nacionalista, es el resultado de unos momentos de recesión que permiten que determinados mensajes hagan de los mitos cobijo.

El socialismo es respuesta a los conservadores, nacionales y periféricos, y al nacionalismo, separatista y separador. Es la vía exacta para proponer soluciones desde un partido que merece ser gobernado por los propios trabajadores.

Por eso debemos devolver la organización a quien pertenece, el futuro a quien lo merece y el porvenir a nuestros hijos.

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