Las residencias de mayores del futuro son gallegas

La Xunta apuesta por la instalación de sensores en los centros de la red pública para que sus usuarios ganen en confort y seguridad

Las pruebas en el laboratorio funcionaron, por lo que a lo largo de los próximos meses todas las residencias de mayores integradas en la red pública de la Xunta se convertirán en inteligentes. Por supuesto, no significa que vayan a ser capaces de resolver raíces cuadradas o de especializarse en poesía del Siglo de Oro, pero la incorporación de los últimos avances tecnológicos en los centros gallegos permitirá que sus usuarios ganen en seguridad y confort para que cada vez las sientan más como lo que realmente son: sus hogares.

La pandemia supuso una prueba de estrés a todos los niveles, pero muy especialmente en las residencias de mayores, al tratarse de centros en donde convivían personas vulnerables. Galicia no solo logró convertirse en la comunidad autónoma con la tasa de mortalidad más baja de toda la Península, sino que aprovechó un momento tan convulso para diseñar los centros del futuro: más humanos, más acogedores, más confortables… en definitiva: más hogares.

A lo largo de los últimos dos años la residencia de mayores de A Estrada (Pontevedra) se convirtió en un banco de pruebas en el que la Xunta instaló varios sensores en las habitaciones que permitieron detectar situaciones de riesgo, e incluso alertar sobre incipientes enfermedades. Destacan los medidores de temperatura y humedad, que se aseguran de mandar una señal de alarma al control advirtiendo de que una habitación está fuera de los estándares recomendados. La nueva tecnología también permite informar a los trabajadores de una posible caída de la cama, de un abandono de la estancia en horario nocturno, o incluso de un posible problema de salud al saltar una alarma indicando que un usuario está acudiendo al baño de forma inusual. Así mismo, las habitaciones inteligentes también permiten a sus usuarios comunicarse directamente con el control del centro para trasladarles cualquier necesidad que les pueda surgir durante los momentos de descanso.

El éxito del laboratorio de A Estrada, realizado en tiempo real y con pacientes y trabajadores reales, motivó que la Xunta apostase por ampliar el sistema a todos los centros de su red pública.

Otras actuaciones

Por otro lado, los cuidados de proximidad son otra herramienta básica para garantizar que los mayores disfruten de esta etapa de sus vidas sin abandonar sus entornos. La realidad geográfica gallega y su histórica dispersión territorial hacen que llevar estos recursos a las zonas rurales sea de vital importancia.

Entre estos servicios destacan las más de un centenar de casas do maior distribuidas por toda Galicia con más de 500 plazas gratuitas para la atención, o el programa de Coidados porta a porta, mediante el que ocho unidades móviles recorren toda la geografía gallega sin descanso para prestar servicios gratuitos de podología, audiología y de estimulación de la memoria y con el que la Xunta lleva atendidas a más de 50.000 personas.

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