Sobre las tres de la tarde de este martes cuando unos niños se encontraban en la zona del espigón de Caranza se llevaron una sorpresa al encontrar dentro de una red, sujeta a una piedra, una serie de huesos, que no se descarta que puedan ser humanos.
De inmediato se los entregaron a los socorristas de la playa y posteriormente hizo acto de presencia la médico forense ordenando el traslado de lo encontrado al Anatómico Forense en el Hospital Naval del Complejo Hospitalario Universitario con el fin de estudiar la naturaleza de los huesos y si pudieran pertenecer a un ser humano.