El portavoz del Grupo Socialista gallego, Luis Álvarez, destacó este viernes el consenso alcanzado y la “vocación de acuerdo” de las fuerzas parlamentarias para crear la Fundación que gestione el Panteón de Gallegos Ilustres, jugando un papel central la Cámara gallega.
En el último pleno del curso parlamentario, se certificó el acuerdo alcanzado por las tres fuerzas políticas que conforman la Cámara gallega para dotar de respaldo legal y jurídico al Panteón de Gallegos Ilustres, siendo la Iglesia de la que forma parte gestionada por el Arzobispado desde hay más de una década, después de 165 años a cargo del Ayuntamiento de Santiago.
Esta ley que se aprobó por unanimidad “luego de un proceso que se alargó demasiado en el tiempo”, señala Álvarez, permitirá que todos los agentes involucrados estén presentes en la toma de decisiones, pero siendo el Parlamento quien juegue “un papel central en la gestión del Panteón” como así propuso en el 2011 el Consello da Cultura Galega, de la mano de su presidente Ramón Villares.
Luis Álvarez incidió en la importancia de “garantizar la apertura del Panteón al público y la difusión y fomento de las visitas y de la celebración de actos de reconocimiento a las figuras soterradas en él”, permitiendo a la ciudadanía conocer el espacio y honrar a estas seis figuras que el socialista calificó cómo representación “de nuestros mejores poetas, mejores escritores, de los mejores científicos, escultores y políticos que dio nuestra tierra”.”Ellos son los buenos y generoso a los que alude nuestro himno”, añadió.
El portavoz socialista finalizó haciendo un llamamiento a seguir por la vía del consenso y el diálogo para “afrontar los retos de los nuevos tiempos”. “Es incomprensible que intereses espurios y una visión miope de la política y de las instituciones hayan provocado el descarrilamiento de acuerdos centrales como fue la lengua gallega o la reforma del Estatuto de Galicia”, alegó. Para finalizar emplazando a las fuerzas políticas a asumir una “reforma urgente, necesaria e imprescindible” de la carta de la autonomía gallega para “ponerse a la altura de los nuevos tiempos y despejar el camino para asumir nuevas competencias”.