Ferrol y Montevideo, dos ciudades hermanas. Racing de Ferrol y Nacional de Montevideo, dos clubes amigos.
Siempre he dicho que el fútbol es un reflejo de la sociedad. En los principios/mediados del siglo pasado, muchos españoles se vieron obligados a dejar sus casas e ir en busca de un nuevo hogar; muchos de ellos se decantaron por Uruguay, donde a día de hoy, más de un tercio de su población es descendiente de españoles. Una prueba de ello es la cantidad de españoles, en concreto gallegos, que pasaron por la historia del Club Nacional de Montevideo, véase José Añón Canedo (Ex-presidente del club), Ceferino Rodríguez (Ex-presidente del club, Lorenzo Fernández (Futbolista), etc.
Este pasado 28 de abril fue el día del hincha, y considero interesante contarles la historia del primer “Hincha”, Prudencio Reyes, ídolo de la hinchada del Nacional de Montevideo.
Para los pocos que no lo sepan, el término “Hincha” es conocido para catalogar a aquel aficionado que no deja nunca de animar a su equipo.
A principios del siglo anterior el fútbol en las gradas era totalmente distinto, las graderías de los estadios estaban plagadas de personas pertenecientes a la clase alta de la sociedad, quienes querían demostrar su poder en aquellos lugares. La muestra de autoridad se vinculaba a la seriedad y el saber mantener las formas ante cualquier circunstancia por muy emocionante que fuera.
Prudencio Reyes, era un talabartero amante del fútbol y de su club, Nacional de Montevideo. Este hombre, a principios del Siglo XX llegó al Decano a realizar trabajos de utillería, así como hinchar balones.
Prudencio era señalado por los aficionados debido a sus paseos de lado a lado de la grada, en los cuales gritaba y animaba a todos y cada uno de los jugadores de su Nacional. Las actuaciones de Reyes generaban que los presentes comenzasen a preguntarse “¿Pero este
tipo quien es?, y siempre se topaban con la misma respuesta por parte de Prudencio, “Soy el hincha”.
Pasó poco tiempo hasta que algunos aficionados se uniesen a Prudencio Reyes con sus ánimos al equipo, y así comenzó la primera hinchada del fútbol internacional.