(PS-reportaje gráfico Galicia Ártabra-señalero)-La Armada Española celebró en la mañana de este jueves, día 24, en la Sala de Armas del Arsenal Militar de Ferrol un emotivo acto en homenaje al personal que ha pasado a la reserva en el último año
ACTOS EN EL ARSENAL FERROLANO
En el acto, que fue presidido por el Almirante Jefe del Arsenal Militar de Ferrol, vicealmirante Ignacio Frutos Ruiz fueron homenajeados oficiales y suboficiales de la Armada. A causa del mal tiempo se celebró en el interior del edificio Sala de Armas, en el antiguo cuartel de Instrucción
Acompañaba al almirante Frutos Ruiz; el General Comandante de la Fuerza de Protección de la Armada, Manuel García Ortiz.
Asimismo asistieron al acto el Coronel Intendente, Francisco Javier Delgado Sánchez; el Comandante-director de la Escuela de Especialidades «Antonio de Escaño», CN Tomás Luís Cordón Scharfhausen; el Comandante-director de la ESENGRA, CN José Luis Guevara Romero; el coronel jefe del Tercio del Norte de Infantería de Marina, Francisco Guerrero Mayol; el Comandante de la 31 Escuadrilla de Escoltas, Gonzalo Leira Neira; el Comandante de la Fuerza de Acción Marítima, José Manuel Faraldo Sordo; y el Ayudante Mayor del Arsenal Militar, capitán de fragata Miguel López Reig. así como Comandantes de Buques y Jefes de Dependencias de la Armada; y una numerosa representación de jefes, oficiales, suboficiales y marinería, personal civil, invitados y familiares de los homenajeados.
También se encontraban presentes los 30 homenajeados, miembros de la Armada Española.
INICIO DEL ACTO
A las 12,25 se incorporó la Bandera Nacional a la Compañía de Honores, compuesta por una escuadra de gastadores y unidad de música del Tercio del Norte de Infantería de Marina y tres secciones con personal perteneciente a la Escuela de Especialidades Esengra, al Tercio del Norte y del Arsenal de Ferrol, al mando del capitán de Infantería de Marina José Perales Garat.
Pocos minutos después llegó a la Sala de Armas el general comandante de la Fuerza de Protección de la Armada y a las doce y media hizo acto de presencia el Almirante Jefe del Arsenal, Ignacio Frutos Ruiz, que fue recibido por el y tras ser recibido por el Ayudante Mayor del Arsenal, capitán de fragata Miguel López Reig.
Se le rindieron honores, interpretando la banda de Música la «Marcha de Infantes» pasando revista a la Fuerza a los sones de la «Marcha del Almirante»“ finalizando con un saludó a los invitados civiles, a los homenajeados y a las representaciones de la Armada.
A continuación la Bandera Nacional ocupó su puesto en las inmediaciones de la presidencia y se efectuó la despedida a la Enseña por parte de los que han pasado a la reserva quienes renovaron su compromiso y desfilaron ante la misma saludándola y besándola
RECUERDO Y HOMENAJE A LOS CAÍDOS
Se procedió al Homenaje a los que dieron su vida por España. Se recitó a través de la megafonía el texto de recuerdo «Lo demandó el honor y obedecieron, lo requirió el deber y lo acataron; con su sangre la empresa rubricaron, con su esfuerzo la Patria engrandecieron. Fueron grandes y fuertes, porque fueron fieles al juramento que empeñaron. Por eso como valientes lucharon, y como héroes murieron.
Por la Patria morir fue su destino, querer a España su pasión eterna, servir en los Ejércitos su vocación y sino. No quisieron servir a otra Bandera, no quisieron andar otro camino, no supieron vivir de otra manera».
La Unidad de Música del Tercio del Norte interpretaba «La muerte no es el final» mientras se rindieron honores de guiones y banderines a los Caídos por España.
Seguidamente dos de los homenajeados, el capitán de navío Diego Raimundo Villarejo Naveira y el suboficial mayor Juan Dopico Pérez depositaban una corona de laurel con la Bandera de España como ofrenda ante una Cruz situada en un lateral de la Sala de Armas.
Un capellán castrense entonó una oración por todos los Caídos «que el Señor de la vida y la esperanza, fuente de salvación y paz eterna les otorgue la vida que no acaba en feliz recompensa por su entrega»
PALABRAS DE DESPEDIDA
En nombre de todos los homenajeados pronunció unas palabras el capitán de navío Diego Villarejo, quién hasta hace unas fechas desempeño el puesto de Jefe del Órgano Auxiliar de Jefatura del Arsenal.
Unas palabras que parecía salían del corazón de un hombre que entregó su vida a la Armada y siempre fue fiel y amigo de sus compañeros y mandos.
Tras saludar a los presentes comenzó señalando “Que mejor lugar de celebración que en este marco incomparable de la Sala de Armas, edificio de singular belleza que con más de 250 años ha sido testigo de actos solemnes y sencillos como éste en el que nos encontramos”.
Un día muy especial en nuestra vida
“Hoy es un día muy especial en nuestra vida. Tenemos la oportunidad de besar la bandera de España, renovando el compromiso que hicimos hace más de cuatro décadas y que, sin duda, seguirá siempre vigente.
Y es por lo tanto una ocasión para expresar lo que la Armada nos ha dado y lo que todos nosotros tenemos en nuestro corazón y mentes, sentimientos, recuerdos y agradecimientos, tras haber culminado esta larga etapa de nuestra vida, de servicio activo a la Armada y a España”.
Sentimientos de satisfacción y orgullo
“Sentimiento de satisfacción del deber cumplido, que se mezcla con la tristeza de finalizar una etapa de una vida activa de servicio pleno, tras más de 40 años de servicio a las Fuerzas Armadas y a la Armada en particular, y la ilusión de comenzar una nueva etapa.
Sentimiento de orgullo de ser parte de esta Institución centenaria, con unos valores firmemente arraigados y compartidos que nos identifican. Ha sido un privilegio el haber formado parte y haber trabajado en equipo con personas entregadas y comprometidas con la Institución y con las que hemos compartido valores , anhelos y esperanzas de ofrecer el mejor servicio a España”.
Tras un recuerdo para todos los compañeros de promoción, jefes, y subordinados, tanto militares como civiles, que fallecieron “durante nuestros años de servicio” y “a nuestras familias que con su permanente apoyo, comprensión y sacrificio soportando prolongadas ausencias han facilitado nuestra labor diaria y servicio a la Armada” recordó que ahora “el cese en servicio activo supone un cambio de situación administrativa. Seguimos siendo militares, perteneciendo de pleno derecho a la Armada y, por tanto, sujetos al régimen de deberes y derechos de los miembros de las Fuerzas Armadas. Un cambio de situación que supone una nueva singladura en nuestra vinculación profesional a la Armada”.
Nuestro Faro
Finalizó pidiendo “que la Torre de la Puerta del Dique , cuyo reloj nos ha marcado la hora durante nuestro periodo en activo destinado en Ferrol, y en la que ondea la Bandera de España, sea ahora también el faro que guie nuestro rumbo en esta nueva singladura de los que vivimos o estamos vinculados a Ferrol y al Arsenal.
Almirante, esperamos que siempre que necesitemos un puerto para resguardarnos que éste sera el Arsenal de Ferrol, que nos ha visto “crecer” profesionalmente, y que su dotación sea el apoyo en el que podamos acogernos en la necesidad”.
Sus últimas palabras fueron dirigidas a la Virgen del Carmen pidiendo “ que nos de vientos favorables en esta nueva singladura que hemos iniciado y que nos acompañe y nos siga protegiendo en todo momento, tal como ha hecho a lo largo de nuestra vida»·
PALABRAS DEL ALMIRANTE JEFE DEL ARSENAL
El almirante Ignacio Frutos Ruiz ofreció unas palabras cercanas hacía los compañeros que pasaban a la reserva. Tras agradecer la presencia de todos los asistentes comentó que agradecía “las emocionadas palabras con las que mí querido amigo y compañero, el CN. Diego Villarejo, ha querido transmitir el sentir de todos vosotros, en un día tan importante como el de hoy”. Entre otras cosas dijo….
Renováis vuestro juramento de fidelidad
“Sea pues este acto el más que merecido reconocimiento de la Armada a todos aquellos que, tras una dilatada vida de dedicación, abnegada entrega y desinteresado servicio a España, finalizan su vida activa y pasan a esta nueva situación, la situación de Reserva, que como ha dicho el CN Villarejo nos os exime de vuestra condición de militares y miembros de pleno derecho de la Armada.
Decías Comandante, querido Diego, que hoy es un día muy especial en vuestra vida y efectivamente lo es. En este acto habéis besado de nuevo la bandera de España, ante la que en su día jurasteis, con todo el orgullo que ello supone, defender la unidad e independencia de España hasta la última gota de vuestra sangre. Hoy, debido a la importancia de esta ceremonia, puesta de manifiesto con su presencia en la formación, renováis vuestro juramento de fidelidad que seguirá estando vigente a lo largo de vuestra vida. Es, qué duda cabe, una celebración de profundo significado para toda la institución, no sólo para los que hoy dejáis el servicio activo.
Este es pues el sentido de este acto, solemne, pero a la vez austero, entre compañeros como es tradicional en la Armada, y familiares, a los que tanto les debemos, vosotros en particular y la Armada en general, congregados aquí para transmitiros el agradecimiento de la Institución y el sincero afecto que os tenemos y que os habéis merecidamente ganado a lo largo de una toda una de dedicación y sacrificio”.
“Hoy empezáis una nueva singladura, efectivamente, pero no tengo ninguna duda de que en su derrota seguiréis sirviendo a España y a la Armada, allá donde estéis, y la Armada seguirá siendo vuestro apoyo, cada vez que la necesitéis. Por ello, vuestro corazón seguirá impregnado de ella y vuestra mente llena de recuerdos y olor a salitre que permanecerán siempre.
Pero dejemos estas tristezas y añoranzas para mañana. Sin duda, hoy es un undía alegre por la satisfacción del deber cumplido, haber culminado con éxito esta larga etapa de vuestra vida en el servicio activo a la Armada y a España y el saberse parte de la historia de ella. En este largo camino, valores, virtudes y cualidades, humanas y militares, como la lealtad, la disciplina, el compañerismo, la obediencia o la abnegación han marcado permanentemente vuestra forma de ser y de actuar, en la mar y en tierra, en la vida profesional y en la personal y que sin duda seguirán siempre siendo el timón de vuestro comportamiento en la vida que hoy comenzáis.
Finalizáis vuestro servicio activo en una Armada mejor que la que encontrasteis al incorporaros a ella. Esto no hubiera sido posible sin la suma de vuestra contribución personal a la de los que nos han precedido. Sinceramente, creo que no puede encontrarse un mayor logro profesional de toda una carrera que esta realidad de una Armada equilibrada y eficaz”.
Despedida a dos fieles consejeros
“Sin duda, ruego a todos los presentes me permitan esta excepción, desde el plano personal, echare de menos a quienes han sido el timón y fieles consejeros durante este primer año y medio que llevo en el Arsenal; el CN Villarejo y el Suboficial Mayor Juan Dopico. Diego y Juan vosotros me habéis enseñado los valores de este arsenal y como gestionarlo, sobre todo en su parte humana y funcional. Sin vuestros sabios consejos, que echaré de menos, como los del resto de oficiales, suboficiales y personal de marinería y tropa que hoy cambiáis de situación seria imposible hacerse con el timón de esta compleja nave que es el Arsenal y llevarla a buen puerto.
Acabo, y permitirme hacerlo, como acabé mi discurso el año pasado, pero creo que no se puede hacer de otra manera, con dos recuerdos muy especiales. Por un lado, un emocionado recuerdo a los caídos a los que, como es tradicional, hemos rendido homenaje en este acto, pero también un sentido recuerdo para los miembros de vuestras promociones que nos dejaron, antes de lo que corresponde y nos hubiera gustado, y que no han podido estar hoy con nosotros.
Mi felicitación y agradecimiento a vuestras familias que han sido vuestro apoyo abnegado, silencioso, desinteresado y constante. Sin ellas, no hubieseis podido culminar con éxito vuestra carrera profesional. La Armada y todos nosotros las necesitamos y estamos en deuda permanente con ellas.
Que la Virgen del Carmen, Estrella de los Mares, o guie y os proteja en esta nueva singladura”.
Y FINAL DEL ACTO
Tras estas palabras se dieron vivas al Rey, a la Armada y a España, se cantó el Himno de la Armada procediéndose a la retirada de la Bandera Nacional
Y ya, tras el acto oficial, el Almirante del Arsenal entregó a cada uno de los homenajeados un recuerdo.
Fue un acto castrense, de unidad y ejemplo, en homenaje a unos militares que hasta que el día de mañana los llame el Señor seguirán siendo eso… militares al servicio de la Armada y de España. Y a los que todo ciudadano de bien les debe estar agradecido por su labor al estar siempre dispuestos siempre a disposición de nuestra Patria.