Este sábado 19 de noviembre celebraron su tradicional comida anual en el Hotel Narón, acompañados por socios, voluntarios y amigos
Javier Pereira Beceiro
Luchar contra las barreras arquitectónicas es una tarea durísima, pero luchar contra las barreras mentales es todavía mayor. En un mundo egoísta y lleno de justificaciones, es más fácil buscar una excusa para no hacer algo que implicarse para conseguir un pequeño avance.
Pero si de algo está sobrada la Asociación Sociocultural ASCM es de ilusión, de ganas y, sobre todo, de corazón. Un corazón enorme que lleva latiendo desde hace 35 años, con la misión de conseguir que la inclusión y la integración sea un hecho real, y no buenas palabras. Una misión en donde lo más importante no es llegar a la meta, sino el camino diario a recorrer, ya que todos los días hay pequeños y grandes retos que conquistar, y cuando se consigue uno, aparecen cinco más, un camino sin fin como una cinta de Moebius en donde los miembros de la Asociación caminan sin cesar, siempre con una sonrisa en los labios.
Y lo cierto es que la labor que realiza la Asociación Sociocultural ASCM es impagable. Fomentando la práctica del deporte adaptado, fomentando la formación y el empleo, o fomentando la realización de actividades como El Camino de Santiago, un hecho hasta hace poco impensable, pero que gracias al encomiable trabajo de la Asociación se ha hecho una realidad.
Muchas son las personas que, como socios o como voluntarios, han colaborado con la Asociación Sociosanitaria ASCM en estos 35 años, pero, sin duda, el apellido Gárate estará unido para siempre, con letras de oro, a la ASCM. Tanto Ángel, Presidente Honorífico, como su hija, Paula, la Presidenta actual, llevan más de 3 décadas luchando de manera incansable, por la igualdad de oportunidades, la accesibilidad universal, la autonomía personal, y el ejercicio
real y efectivo de los derechos de las personas con discapacidad. Una lucha para erradicar cualquier tipo de discriminación. Sin ellos, es muy improbable que la Asociación Sociocultural ASCM hubiese crecido y se hubiese convertido en lo que es hoy en día. Y por esto se merecen estas palabras de agradecimiento.
Jornada de agradecimiento
Este sábado 19 de noviembre la Asociación celebró en el Hotel Narón su tradicional comida anual, en donde cientos de socios, voluntarios y amigos asistieron para compartir en amistad y alegría una jornada marcada por el agradecimiento a todas aquellas personas y entidades que colaboraron durante el año. Cabe destacar el premio a la voluntaria del año, que este año recayó en María Pita-Romero Mackinlay, un premio merecido por ejemplo de solidaridad y de
buen corazón, y que ojalá sirva para que más personas apoyen y colaboren con la ASCM. Pero como siempre dice Paula Gárate, hoy es un día de fiesta, pero luego vienen 364 días de trabajo, de un trabajo interminable tanto para concienciar a la sociedad como a nuestros dirigentes. Seguro que, con el esfuerzo de todos, somos capaces día a día de allanar ese camino.