Julia M.ª Dopico Vale
La Real Academia Galega de Ciencias y la Universidad de Santiago convocan el IX Concurso “A Ciencia en Imaxe”, encuadrado en el marco de las celebraciones de San Alberto Magno, patrono de los estudiantes de ciencias naturales, químicas y ciencias exactas, en el que se premiarán fotografías y vídeos divulgativos de temática científica pudiendo participar tanto la comunidad universitaria de Santiago como la de los centros de Enseñanzas Medias de Galicia- y por tanto de Ferrolterra- en los que se imparta la ESO y Bachillerato.
Asuntos como conceptos fundamentales, científicos, fenomenologías, aplicaciones tecnológicas… podrán ser contenidos que tratarán los que decidan inscribirse dentro del plazo abierto hasta el 6 de noviembre.
La música, como arte, ha sido valorada por todas las culturas desde los tiempos más remotos, manteniendo una estrecha relación con el mundo que la rodea, mas también existe entre ella y la ciencia una estrecha vinculación, “actuando en conjunto para permitirnos comprender el Universo y sus leyes”.
Desde Pitágoras se considera que “el número” es el fundamento de la música (como también de todos los fenómenos físicos), otorgándole así una categoría científica y metafísica. La idea de la “armonía del universo” o “música de las esferas” considera que las proporciones en los movimientos de los cuerpos celestes (el sol, la luna, los planetas…) son una forma musical; para Platón “la mejor de todas las canciones”. También Kepler en su obra Harmonices Mundi, expone que cada planeta produce un tono musical –el de la tierra mi, fa, mi- durante su movimiento alrededor del sol, llegando a componer melodías que se corresponden con los planetas del sistema solar, siendo así el universo “una gran orquesta en la que cada planeta tiene su voz”.
Aspectos menos conocidos de la condición musical que podrían tener cabida en “A Ciencia en Imaxe” ofreciendo la versión más científica de “el arte de las musas”.