Sabores ártabros-Episodio IV, una nueva Esperanza

José Perales Garat

Nos encontramos en un periodo de cambios en la gastronomía ferrolana los cocineros rebeldes ha decidido superar las viejas ataduras del imperio del rajo, la zorza y los chipirones, y pese a que todavía pocos se atreven a desafiar a lo de siempre, el…

… bueno, ya sigo normal: en el mismísimo corazón del imperio de los mesones ferrolanos -la Calle María- me encuentro sin buscarlo un local pintado con los colores de un Racing que esa misma tarde se disputaba (y lograba) el liderazgo en la división de bronce del fútbol español, en un puesto de honor y ascenso que también supone una esperanza para miles de ferrolanos que quieren ver al equipo representando a la ciudad más arriba de lo que está ahora, o incluso de donde ambos están ahora. Pero voy a dejarme de juegos de palabras y a recordar las palabras que dijeron dos de los grandes (José María y Álvaro, almas páteres de Timón y A Maruxaina) que podrían resumirse en que el maestro no llega hasta que el discípulo está preparado; pues bien, llegada es la hora, y os cuento: cuando la primera sugerencia de una carta en la calle de las tapas de toda la vida es “croquetas de jamón con mermelada de melón”, no sabes muy bien cómo se va a desarrollar la película, pero si sigue con “tosotones de guacamole con tentáculos de pulpo”, ya te puedes imaginar que o te encuentras ante algo fantástico o con una Serie “B” que te va a dejar tibio, que no ha sido el caso.

A Esperanza abrió a principios de agosto de 2022, por lo que sólo tiene un par de meses, y en su apuesta por una calidad innovadora de precios contenidos se atreve a servir desde tacos de carrilleras estofadas hasta durum de vacuno y secreto, ceviche de croca o huevos rotos con pulpitos estofados y huevas de salmón, y además está muy rico, que es lo importante; porque tú puedes inventarte cualquier combinación y meter la pata hasta el fondo, pero no es el caso,
y mucho menos en un local que está empezando y apuesta todo al negro de una forma tan decidida.

La Estrella de la Muerte estalla con los postres, que despertaron en mí tanto suspense como el ataque de Luke Skywalker cuando andaba con pantalones cortos, y reconozco que probar una tarta de queso con pistachos que recuerde al césped de La Malata y que encima me encante no es algo fácil en alguien que, como yo, hace tiempo que dejó de creer en ciertas fantasías que saben a refrito.

Y como pasa muchas veces en estos casos, mi opinión fue refrendada por todos los comensales, que éramos once y de muy distinto pelaje, por lo que considero que no estoy arriesgándome si le auguro a los responsables un futuro de lo más prometedor, independientemente de que los superdestructores de El Trilli, O Galo y O Pincho contraataquen sirviendo la mejor cocina tradicional en los locales que rodean a esta nueva propuesta, A Esperanza, que a mí ya me ha teñido de optimismo ante el futuro y que, como no podía ser de otra manera, os invito a visitar cuando queráis sentir en vuestras papilas unas recetas originales y que, salvo por su base ligada al terruño, no es algo que ya hayáis visto.

Y a lo mejor a los que ya lo hayáis visto, os pasa como a mí con el primer episodio de Star Wars, que puedo verlo a menudo y todas las veces me gusta.

Y de postre tomamos croquetas.

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