En la segunda jornada, lunes, día 29 de agosto, se ha relizado un reccorrido por los ayuntamientos del interior: San Sadurniño, Moeche y Cerdido. El británico Chris Woodley-Stewart y el uruguayo César Goso han mantenido a lo largo de la jornada varios encuentros con entidades del territorio alternados con visitas a lugares destacados por su geología, paisaje, patrimonio o por tratarse de iniciativas de desarrollo local.
La primera parada fue en el vértice geodésico de Racamonde, en Naraío, donde el Ayuntamiento de San Sadurniño creó un pequeño espacio de interpretación al aire libre que permite divisar casi la totalidad del ámbito del proyecto de geoparque, además está integrado en la zona granítica de Forgoselo y su litología totalmente diferente a la del resto del territorio aspirante al distintivo Unesco.
Desde allí la expedición, guiada por Fran Canosa, Secundino García y José Miguel Alonso Pumar, descendió al castillo de Naraío para mostrarles a los evaluadores la fortaleza y conversar con César Galdo, de la Asociación Vecinal O Castelo, una de las que lleva más años dándole difusión al proyecto, en el que próximamente se integrará como «Entidad Amiga».
Tras una pequeña visita al área de descanso de Igrexafeita, lugar que llamó la atención a Goso y Woodley-Stewart por el hórreo allí instalado, la misión evaluadora se trasladó a la casa del Ayuntamiento para mantener un encuentro con colectivos y empresas relacionadas de una forma u otra con el desarrollo local y sociocultural.
Fue el caso del proyecto Chanfaina Lab encabezado por el académico Manolo González, de las artesanas de las Tres Lolas de Cascarilla, que hacen muñecas con plana del maíz, de la Asociación Agroecológica a Cortiña presidida por Xosé María García, de la firma de galletas ecológicas Maruxas de Nata
A la reunión asistió su responsable, Sandra Suárez y de la Asociación de Fruta Autóctona del Eume, de la que es miembro el concejal de Desarrollo local Manolo Varela, quen aprovechó para explicar el contenido de la huerta de conservación de frutales Carlos Fornos (auténtico banco de variedades del país que se puede solicitar para plantar o injertar) y el Arboreto da Cortiña, que reproduce todos los tipos de bosque gallegos, además de ser espacio de ocio que acoge ferias y otros eventos.
En el entorno de la casa consistorial, los evaluadores también pudieron apreciar los usos de la serpentina (el toelo) como roca ornamental muy empleada en las construcciones más antiguas en dinteles, escaleras, cruceiros e incluso como baños para salar y conservar los productos de la matanza.
Desde San Sadurniño, el equipo evaluador se trasladó a Moeche para acceder a Mina Piquito II. Acompañados por la alcaldesa, Beatriz Bascoy, Fran Canosa y por los profesores de geología de la UCM Ricardo Arenas y Sonia Sánchez, los representantes de la Unesco accedieron a las galerías de la antigua explotación de material rico en cobre, que se mantuvo abierta hasta casi los años 70 del siglo pasado.
En el interior le atendieron a las explicaciones de Canosa sobre las vetas con presencia de cobre, originadas por los materiales emanados a más de 300 grados centígrados por fumarolas volcánicas submarinas.
Además de las explicaciones técnicas del geólogo, los evaluadores también pudieron conocer el trabajo en la mina cuando estaba abierta, gracias a la memoria de Gerardo Dopico, Gerardo da la Ribeira, de 76 años, que también participó en la ruta y que entró a trabajar allí siendo un niño de 15 años, primero en el lavado del mineral y luego en la propia Mina Piquito II, también conocida cómo Mina Santa Marta, antes de emigrar a Francia.
Tras más de medio siglo abandonada, hoy la mina es un espectácular espeleotema de estalactitas y estalagmitas azules y marrones, además de mostrar acumulaciones de yeso y azufre que semejan de otro planeta. Por este motivo, Mina Piquito está propuesta para entrar en el catálogo de nuevos geosites, lugares de gran relevancia geológica, del IGME.
Esta visita fue la última de la mañana y, tras el paréntisis del almuerzo, la misión retomó la evaluación acercándose al centro de transformación agroalimentaria A Fusquenlla. Allí aguandaban Iria Pena, de la Ganadería Ecológica Lavandeira, Virtudes Méndez, de la quesería Lácteos Moeche e Isita Fernández Durán, del GDR Seitura 22, entidad gestora de fondos europeos de desarrollo rural que financió la compra de equipación, mientras que la Diputación de A Coruña cubrió los costes del 80% de las obras.
La guía fue en este caso la veterinaria Pilar García, formadora del centro, quen explicó el diseño de las instalaciones, el tipo de producto que se está elaborando, principalmente zumos y conservas de fruta y huerta, en espera de que entre en funcionamientol a línea dedicada a la miel.
La Fusquenlla es un proyecto integrado en la red provincial de espacios colaborativos y está promovida por los ayuntamientos de Cerdido, Moeche, San Sadurniño y Valdoviño, los cuatro integrantes también del Proyecto Geoparque Cabo Ortegal. Durante la visita se ofreció una degustación, al igual que se había hecho por la mañana en San Sadurniño, a base de queso, zumo de manzana y distintas compotas en conserva.
Desde La Fusquenlla, situada en el recinto ferial de San Ramón, la misión de evaluación fue al valle de Moeche para visitar el castillo, que próximamente acogerá un centro de interpretación del proyecto de geoparque. Allí, tras una breve descripción del técnico de Turismo, Ramón Carballeira, hubo un nuevo encuentro con entidades vecinales y culturales del municipio, todas ellas integradas en el proyecto como «Entidad Amiga».
En la reunión participaron Xaquín Ros (AVV Val de Moeche), Eva Quetti (AVV Labacengos), Vanessa López (AVV Balocos), Alexandre Campos (AC Irmandiños). Tamén asistió Mari Luz Umia, de Alalá Turismo, empresa local centrada experiencias culturales que además también ha previsto entrar en la actividad de los alojamientos turísticos.
El final de esta intensa jornada se produjo en Cerdido para comentar el pasado minero del cobre compartido con Moeche. Allí se visitó la chimenea de las Cabanas, que data de finales del siglo XIX como vestigio del sistema extractivo por calcinación empleado hasta que se impuso el sistema de flotación con productos químicos,entre ellos el cianuro, mucho más rentable y también peligroso y contaminante, tal y como quedó demostrado en el vertido que se produjo al río Xubia en los años 60 por la rotura de una de las balsas de Mina Piquito, lo que supuso a pequeña escala un desastre ecológico similar al ocurrido en la mina sevillana de Aznalcóllar en 1998.
En Cerdido, en compañía del regidor municipal Benigno Galego, Chris Woodley-Stewart y César Goso finalizaron la ronda acercándose a los campos de arandos de Horticina, donde los atendió su responsable, Miguel Mato.
Este martes, día 30, tercer día de evaluación, la misión de la Unesco volverá a la zona costera. Empezarán la primera hora en el litoral volcánico de Loiba y Espasante, a continuación se acercarán a Ortigueira y hacia el mediodía estarán en Cariño.
A primera hora de la tarde está previsto un encuentro en Cabo Ortegal con representantes de todas las instituciones implicadas directa o indirectamente con el proyecto: los ayuntamientos integrantes de la Asociación para la Gestión Geoparque Cabo Ortegal, Cariño, Cedeira, Cerdido, Moeche, Ortigueira, San Sadurniño y Valdoviño, la Diputación de A Coruña y la Xunta de Galicia
Una iniciativa excelente, bien planteada, incorporando todo tipo de agentes locales y poniendo en valor conjunto un buen número de puntos de interés para formar un paquete turístico potente y homogéneo. Bravo!