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La Hermandad del Santo Entierro de Ferrol recupera esta Semana Santa la ceremonia del Desenclavo, una tradición que se remonta a la Edad Media y que en Ferrol se celebró posiblemente desde el siglo XVII hasta al menos 1912, cuando aparece documentada por última vez.
Ciento diez años después, se retoma esta función, que corría a cargo de la Cofradía de las Benditas Ánimas del Purgatorio, nacida en 1690 y de la que precisamente es heredera el Santo Entierro, ya que se ocupaba también de la procesión del Viernes Santo.
El Desenclavo precedía al recorrido del Cristo en la Urna por las calles de Ferrol. Se celebraba originalmente a la hora nona, las tres de la tarde, en la antigua iglesia parroquial de San Julián, situada en Ferrol Vello, y cuando se construyó el nuevo templo en el barrio de A Magdalena allí se trasladó también esta ceremonia.
Se trata de una dramatización del Descendimiento de Cristo de la Cruz, en la que se utilizaba una imagen articulada que después se depositaba en la Urna para la procesión del Santo Entierro. Aquel Cristo dejó de protagonizar la citada procesión entre 1891 y 1892, cuando se encargan la actual Urna, obra de Urbano Anido, y un nuevo Cristo, el Yacente que sigue saliendo cada Semana Santa, realizado por Manuel Corgo y policromado por Andrés Cardama.
En aquella época, dado el declive económico de las cofradías, se ocupaba de la organización de la función del Descendimiento y de la procesión del Santo Entierro la propia parroquial de San Julián.
Con la recuperación del Desenclavo en la tarde del Viernes Santo, la Hermandad del Santo Entierro completa totalmente su misión en la Semana Santa ferrolana, al representar el Descendimiento y el Entierro como heredera de las tareas que tenía asignadas la Cofradía de Ánimas.
