Sabores ártabros-La heladería de la esquina del puerto

José Perales Garat

Todos los Jueves Santos, después de ir a los Santos Oficios y visitar los monumentos, mis padres nos llevaban a Ramos a tomar el primer helado del año. Eran tiempos de apreturas, especialmente porque nos vestían con las mejores galas con las que se podía vestir a un niño en esos años, y en mi caso solía significar que los zapatos me apretaban, por más que en Pepe Rodríguez dijeran que no.

Ya no hay Ramos y el único Pepe Rodríguez que existe es un cocinero toledano que es
jurado de Masterchef, y ahora el Jueves Santo es el día del año en el que más gente hay en Ferrol, especialmente por la procesión del Santísimo Cristo de la Misericordia, que sigue esperando su regreso a la Capilla de Nuestra Señora de los Dolores con la titular del templo.

¡Cómo hemos cambiado desde esos tiempos en que Las Columnas, Pataquiña y otros tantos locales que ya no existen eran dueños y señores de una gastronomía que a los hijos de familia numerosa nos sonaba a inglés!

En realidad ese Ferrol mitificado de los años setenta y ochenta no siempre era un ejemplo de progreso, y no voy a ponerme ni nostálgico (no voy a volver a citar a Manrique ni a sus coplas, tranquilos) ni excesivamente crítico con esos años de las huelgas, la drogadicción y la violencia terrorista: se come mejor ahora, y también se vive mejor y más seguro, aunque haya que reconocer que entre lo que el viento se llevó, había cosas buenas, y sin duda entre ellas estaba ese helado de fresas con nata que nunca volvimos a probar.

He tenido la suerte de conocer a Lola, que ha tenido el valor de abrir una heladería y de reinventarse a sí misma pese a que la epidemia le pegó un sopapo de los que hacen época: hacerse con un local en el puerto y apostar por algo completamente diferente ya merecería un plus de simpatía, pero es que de verdad que se come bien y que la oferta es sencilla y original: los crêpes salados son sencillos, pero muy sabrosos, los bagels (receta secreta de una familia judía con la que vivió en uno de sus innumerables viajes) mejoran las clásicas hamburguesas de las cadenas americanas, las tartas están indiscutiblemente buenísimas y los helados Puerta Real -producto del sueño de tres coruñeses que lo dejaron todo por su pasión- no desmerecen en nada a los italianos con los que empezó.

Me cuenta que en Ferrol ya no había ninguna heladería, que la cocinera hace su trabajo fantásticamente bien, que quiere ampliar su oferta para que la gente vaya todo el año, que el chocolate Montecelio con churros se vende muy bien en invierno (al igual que los gofres y los crêpes dulces), que los sábados y domingos merece la pena acercarse a desayunar los bagels recién hechos… y que necesita que algunos ferrolanos de toda la vida le ayudemos a recuperar el verdadero sabor de fresas con nata de Ramos, porque cree que es algo que no se puede perder, aunque cuando ella regresó desde Colombia no tenía pensado abrir una heladería, servir tartas red velvet o carrot pie, ya que ella en realidad tenía otra cosa en mente.

¿Y sabéis qué? Pues que ojalá a Lola y a su Alexandra’s le vaya muy bien, y que siga
ampliando su carta y llenándonos de esos sabores dulces que a algunos nos devuelven a la niñez, como ese solitario Jueves Santo de restricciones en que llevé a mis hijas hasta allí a tomar un helado porque en Ferrol ya no había ninguna heladería y descubrí que, pese a que a algunos les guste dar por finiquitado nuestro futuro, todavía quedan mujeres valientes como Lola, que deciden apostar por algo nuevo y bueno que nos haga disfrutar sin tener que preguntarnos nada, como en esas semanas santas de apreturas en las que no todas las cosas eran, necesariamente, mejores que ahora.

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2 comentarios

  1. Estupendo artículo. Muchísimas gracias por este regalo de Reyes. Sin duda, ese es el objetivo de este negocio. Nos encanta dar ese break a familias y amigos para que puedan compartir una experiencia diferente. Tener clientes como su estupenda familia es oro pulido para nosotros. Serán bienvenidos siempre que lo deseen. El Jueves Santo estaré especialmente atenta para recibirles. Un abrazo.

  2. Muchísimas gracias, Lola: Fue un auténtico placer y de verdad que disfrutamos muchísimo.