La Asociación Sociocultural ASCM, que trabaja desde hace más de 30 años por la plena inclusión de las personas con discapacidad, culminará el sábado un nuevo hito en materia de integración.
El pasado agosto, un grupo de peregrinos con distintas capacidades partía, desde el Muelle de Curuxeiras, con la única pretensión de vivir el Camino. En apenas un mes, el sábado, pondrán fin a esta aventura con su llegada a la capital gallega.
De la iniciativa participaron personas de todas las edades, siguiendo la línea intergeneracional de la ASCM, y se realizó, además, el trayecto sin equipos especializados para peregrinos con problemas de movilidad.
«Hicimos el Camino con las sillas que habitualmente usan las personas usuarias» explicó la presidenta de la entidad, Paula Gárate. «Al igual que se recomienda no estrenar calzado, para una persona en silla es lo mismo si le cambias su medio habitual de transporte» determinó.
Acompañados de un coche escoba que les traía de vuelta a Ferrol, en cada salida, evitando tener que hacer pernocta, este grupo de peregrinos fue salvando de manera colectiva los obstáculos con los que se iban encontrando. «Ha habido tramos en que las personas en silla eran las que tiraban de nosotros» cuenta Gárate, evidenciando el carácter plenamente inclusivo de la iniciativa. Así, el sábado llegarán a Compostela evidenciando la posibilidad de un Camino Inglés accesible e inclusivo.
«Desde ASCM buscaremos involucrar a las distintas Administraciones en trabajar en aquellas cuestiones que hemos detectado» afirmó Gárate. Porque para los miembros del equipo de aventureros de ASCM, la mayor parte de los obstáculos y barreras son fruto de la acción humana y no del propio entorno natural. Además, han incidido en la necesidad de trabajar en una señalética accesible e inclusiva para todo tipo de peregrinos. «Hay itinerarios que concluyen en una escalera y eso no está señalizado» relata Gárate.
Su conocimiento de la comarca de Ferrolterra les permitió ir sorteando este tipo de barreras que serían fácilmente atajables con mayor grado de información y señalización. Precisamente, la plaza del Obradoiro será la última parada para personas como Toñita, Loli o Ángel que han tenido la oportunidad de vivir el Camino y participar activamente de la aventura.