Para las nueve y media de la mañana de este martes está previsto que la fragata «Almirante Juan de Borbón» (F-202) , perteneciente a la 31 Escuadrilla de Superficie, al mando del Capitán de Fragata José María Almira García, se haga a la mar desde el muelle número 3 del Arsenal Militar de Ferrol para incorporarse a la Agrupación Naval permanente de la OTAN SNMG-1 en aguas del norte de Europa. Tiene previsto regresar al puerto ferrolano el día 7 de noviembre.
El acto de despedida será presidido por el nuevo Comandante de la 31 Escuadrilla, el capitán de navío Gonzalo Leira Neira y está prevista la asistencia al acto de familiares de los miembros de la dotación guardando las medidas sanitarias anti covid.
Las Fuerzas Marítimas Permanentes
Las operaciones de las Fuerzas Marítimas Permanentes se enmarcan dentro de la defensa colectiva como propósito fundamental de la OTAN. La SNMG-1, que se encuentra en situación de muy alta disponibilidad, es uno de los elementos del núcleo del componente marítimo de la Fuerza de Respuesta de la OTAN (NRF de sus siglas en inglés). Tiene como misión principal contribuir a la seguridad de la Alianza proporcionando una capacidad marítima permanente que permita una reacción inmediata ante situaciones de crisis. La integración en la SNGM-1 permite mejorar la interoperabilidad y cooperación con países aliados y amigos, operando principalmente en aguas del Atlántico Norte y Báltico.
La «Almirante Juan de Borbón»
La “Almirante Juan de Borbón” (F-102) es una fragata de la Armada Española botada en los astilleros de Izar (actualmente Navantia) en Ferrol y en activo desde 2002, que originalmente iba a recibir el nombre «Roger de Lauria», pero que finalmente se decidió darle el nombre de «Juan de Borbón» en honor al abuelo del actual Rey.
Como el resto de su clase, fue desarrollada en los astilleros Izar (Ferrol) con un coste de 600 millones de €.
Al igual que las demás fragatas F-100 clase Álvaro de Bazán, son los primeros buques de guerra europeos que cuentan con el sistema de combate Aegis, de origen estadounidense, y un radar capaz de detectar movimientos de aeronaves en un radio de 600 kilómetros, que les permite actuar en igualdad de condiciones con las más modernas unidades de la Marina de Estados Unidos y participar en el desarrollo del escudo antimisiles. Tiene capacidad para detectar y seguir hasta 90 blancos móviles y dirigir los proyectiles antiaéreos y de superficie.
Son los primeros buques españoles con casco de protección balística de acero de alta resistencia. Completa su protección con motores montados sobre piezas elásticas, que no transmiten ruido al casco, por lo que son más difícilmente detectables por submarinos. Durante la fase de desarrollo, se puso especial énfasis en el diseño de las formas del buque con el objetivo de minimizar su «eco» de radar. Las F-100 están equipadas también con sistemas de contramedidas y guerra electrónica Indra Aldebarán, de diseño y fabricación española, y un sistema acústico antitorpedos AN/SLQ-25A Nixie.
Dispone de dos lanzadores cuádruples de misiles antibuque AGM-84 Harpoon; dos lanzadores dobles de torpedos Mk-46; un cañón tipo Mk-45 de cinco pulgadas con capacidad de disparo de 20 proyectiles por minuto y 23 km de alcance; y un lanzador vertical Mk-41 con 48 celdas; cuatro lanzachaff que emiten señuelos para confundir a los misiles enemigos, y un helicóptero SH-60B Seahawk, preparado para la lucha antisubmarina y antisuperficie.