El burgalés Fernando García Cadiñanos ha sido ordenado en la mañana de este sábado nuevo obispo de la diócesis Mondoñedo-Ferrol en una solemne ceremonia celebrada en la catedral mindoniense en la que ha llamado al «compromiso comunitario» y al «encuentro personal con la buena noticia» para superar el «sufrimiento de la pandemia y de los problemas sociales que ha traído». Fue una ceremonia llena de simbolismos en el que las intervenciones y parte de la celebración de la Eucaristía se mantuvo el gallego como lengua del pueblo.
Amplia representación eclesiástica e institucional
Ha sido un acto celebrado con amplia representación eclesiástica en el que han participado el arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio Barrio; el nuncio apostólico Bernardito Cleopas Auza y el arzobispo emérito de Burgos, Fidel Herráez Vegas, así como el cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid; los arzobispos de Burgos y Oviedo y quince obispos, entre ellos, Luis Ángel de las Heras, CMF, obispo de León, y Manuel Sánchez Monge, obispo de Santander, anteriormente prelados de Mondoñedo-Ferrol; el secretario de la Conferencia Episcopal Española y los obispos de las diócesis sudamericanas de Puyo (Ecuador) y Tarija (Bolivia).
Se contó también con una importante representación institucional formada por autoridades civiles y militares y representantes de la vida cultural, entre otras, el alcalde de Mondoñedo, Manuel Otero; el presidente de la Deputación de Lugo, José Tomé; el vicepresidente de la Diputación de Burgos; la subdelegada del Gobierno en Lugo; el almirante Jefe del Arsenal de Ferrol; Ignacio Frutos Ruiz; ; el general de la Fuerza de Protección de la Armada (FUPRO), Carlos Pérez-Urruti Pérez; los delegados de la Xunta de Galicia en Lugo y A Coruña; portavoz del grupo municipal del PP en Ferrol, José Manuel Rey Varela; representantes de distintos concellos de la diócesis y de la Policía Nacional y la Guardia Civil.
El nuevo obispo estuvo acompañado en este día tan especial por su familia, sus padres, hermanas y sobrinos, así como por cerca de 200 diocesanos de la archidiócesis de Burgos en la que desempeñaba el cargo de Vicario General.
«Esta Iglesia lo acoge con gran esperanza» (Antonio Valín)
En el inicio de la ceremonia el Administrador diocesano, Antonio Valín Valdés, saludó al nuevo obispo indicando además que «Nos alegra tener un nuevo pastor. Hemos rezado, pedido y deseado que el Señor nos enviase pronto un obispo, y hoy le acogemos en casa dando gracias por este don.
Somos una Iglesia con una larga historia detrás. Desde el siglo VI hasta hoy hemos escrito de manera sencilla y humilde muchas páginas de fe, esperanza y compromiso evangélico en estas tierras. Nos acompañan figuras de hondura espiritual, muchos santos de la “puerta de al lado” y algunos que dejaron profunda huella y son ejemplos para la Iglesia universal.
Somos una Iglesia de periferia, que vive en una realidad rural y marinera, con grandes interrogantes ante la situación compleja que vive nuestra industria, la despoblación y el envejecimiento de nuestra sociedad y comunidad cristiana, y las incertidumbres que trae la crisis provocada por esta pandemia que nos toca vivir».
«Nos iremos conociendo poco a poco. Conjugaremos nuestro ser gallego con su ser burgalés, y seguro que poco a poco se irá convirtiendo en un gallego de Burgos. Esta Iglesia lo acoge con gran esperanza: su juventud y trayectoria, su entusiasmo y cercanía, su experiencia pastoral y su dimensión social nos ayudarán a seguir construyendo una Iglesia diocesana más evangelizadora,misionera, pobre e inculturada en la realidad».
«El episcopado no es un honor» (Julián Barrio)
El encargado de la homilía ha sido el arzobispo compostelano, quien ha dado «gracias al Señor» por elegir a « nuestro hermano para ser sucesor de los apóstoles en esta diócesis de Mondoñedo-Ferrol que le acoge con gratitud. Estoy seguro de que su amor a Cristo será la clave para interpretar aquí el ministerio que hoy se le confía con la ordenación episcopal, conferida según la tradición apostólica, mediante la oración y la imposición de las manos como signo de protección y de total propiedad de Dios que le dice: “Te he llamado por tu nombre, tu eres mío”.
Monseñor Julián Barrio le ha felicitado tanto a él como a su familia, pero ha advertido que «el episcopado no es un honor«, sino «una llamada para servir sin cálculos ni condescendencias con uno mismo, dando testimonio del amor de Dios con gestos más sencillos».
«La suya no es una misión fácil» (Nuncio Apostólico)
El Nuncio Apostólico en España, Bernardito Cleopas Auza, se dirigió al nuevo obispo y a los presentes en el acto. «De parte del Santo Padre, me es grato expresar una palabra de vivo reconocimiento a monseñor Luis de las Heras Berzal, por los cuidados y desvelos en el ejercicio del ministerio episcopal como obispo de esta sede durante cuatro años y siete meses. Agradecimiento también, de parte del papa Francisco, al Muy Ilustre Señor Don Antonio Valín Valdés, administrador diocesano, que, desde el 21 de diciembre del año pasado ha cuidado diligente el tiempo de espera del nuevo obispo.
Querido monseñor Fernando. Le expreso mi más cordial felicitación y enhorabuena. En esta celebración recibe la gracia de formar parte del Colegio Episcopal, sucesor de los Apóstoles. Su misión, dentro del Colegio, Cum Petro et sub Petro, es transmitir fielmente lo recibido del Señor Jesús».
«La suya no es una misión fácil, pero sí hermosa, sublime. El mundo de hoy la necesita. Vivimos en una época, como usted ha reconocido en su primer mensaje a esta querida diócesis, en la que “es preciso generar mucha esperanza e ilusión”. Para ello, ciertamente, “contamos con la experiencia de la Pascua, la vida nueva que Jesús nos regala, que Jesús genera y comparte a raudales. Los pobres, los atribulados, los enfermos, los que no tienen sentido de la vida, los solos, los ancianos”.
«Mi corazón está lleno de fragilidad, miedo, confianza, ilusión» ( Nuevo obispo)
En su discurso, el nuevo obispo de Mondoñedo-Ferrol ha manifestado su «adhesión» al Papa Francisco a través del nuncio Renzo Fratini, para después agradecerle la misión encomendada. «Recemos por él y rezad también por mí para que realice con espíritu evangélico este servicio apostólico», ha apostillado.
«Mi corazón está lleno de fragilidad, miedo, confianza, ilusión… y mucho agradecimiento. Gracias a Dios nuestro Padre que sigue confiando en mí para esta tarea y que ha renovado su llamada a colaborar en la construcción del Reino. Y gracias a las personas a través de las cuales se ha servido ahora y a lo largo de mi vida como instrumentos para hacer realidad esa llamada. Gracias al Papa Francisco, que me ha escogido para apacentar esta porción del Pueblo de Dios en Mondoñedo-Ferrol. Ruego, Sr. Nuncio, que le transmita al Santo Padre mi saludo cordial y el de toda esta Iglesia.
Gracias a los que hoy han sido instrumentos privilegiados para transmitir la gracia de la plenitud del orden sacerdotal. Junto al Nuncio, gracias a don Julián, mi arzobispo metropolitano y a don Fidel, con el que he compartido amistad y tantos quehaceres en mi diócesis de Burgos. Gracias a todos los obispos aquí presentes que manifiestan la colegialidad episcopal en el cuidado de todas las Iglesias».
«Gracias a mi familia, a mis padres y hermanos, donde di mis primeros pasos en la vida y en la fe y que siempre me han acompañado. Gracias con mayúsculas a toda la Iglesia de Burgos, hoy tan presente en esta celebración con el esfuerzo que supone venir hasta aquí (así veis la belleza de estas tierras, “la diócesis más bella del mundo”, en palabras de mi antecesor). Gracias a los que habéis venido y a los que seguís la celebración por los medios de comunicación: en esa Iglesia burgalesa he trabajado en diferentes lugares y parroquias, en la Facultad y en distintas encomiendas. Allí, en un ejercicio de sinodalidad, me he conformado con vosotros y, gracias a vosotros, como soy. Allí he disfrutado del gozo del sembrador que también recoge la semilla en infinidad de pruebas de afecto y de cariño. Gracias especialmente a Cáritas, donde los últimos años he vivido cada día el Evangelio hecho realidad con los más pobres.
Gracias a todas las autoridades aquí presentes, civiles, militares y miembros de asociaciones, instituciones y entidades diversas, tanto de Galicia como de mi tierra burgalesa: vuestra presencia expresa el empeño de querer colaborar juntos por el bien común y hacer brillar la justicia«.
Finalizó con «Que a Virxe dos Remedios e san Rosendo nos bendigan».
Despedidas y encuentros
Y terminó el acto religioso. El nuevo obispo quiso despedirse de todos y efectuó un breve recorrido por las naves del templo saludando a todos los asistentes. Una mañana intensa.
Fernando García Cadiñanos llegó a Mondoñedo sobre las nueve de la mañana. Era esperado en el santuario de Nuestra Señora de los remedios, patrona de la diócesis.
Allí tuvo su primer encuentro oficial. Fue recibido con sones de gaitas, rezó ante la imagen de la patrona y firmo en el libro de oro del Santuario.
Mantuvo un encuentro en el ayuntamiento. Y como no podía ser menos recibió como recuerdo de su primera visita una tarta típica de la ciudad y una figura de sargadelos que representa a la catedral mindoniense.
Pero un gesto que llamó la atención fue el regalo que le hizo un miembro de la Benemérita, un regalo muy especial que no dudó ni un segundo en hacer uso de él, mostrando su acercamiento a los demás.
Asimismo no faltó el encuentro con los burgaleses desplazados a Mondoñedo y con distintas representaciones que asistieron al acto en la catedral.
ESTE DOMINGO EN FERROL
El nuevo obispo, Fernando García Cadiñanos, llegará a Ferrol este domingo , día 5 de septiembre. A las cinco de la tarde en la concatedral de San Julián habrá celebración de la Eucaristía presidida por el prelado a la que asistirán autoridades, y representaciones de la vida polítiva,social, cultural y religiosa de la ciudad.
La ceremonia será retransmitida en directo a través del canal diocesano de Youtube y, de nuevo, contará con una cobertura especial en redes sociales.
Siguiendo las medidas anti-covid, el aforo del templo también se verá reducido, por lo que se recomienda a las personas que estén interesadas en participar en la eucaristía acudan al templo con suficiente antelación. Está previsto que varios grupos de acogida realicen controles de acceso en las entradas de la concatedral.