Un año más el Abeconsa Basketmi Ferrol consiguió, en un momento sanitario complicado y con las canchas vacías, un ascenso muy merecido. Ascenso que empieza a tambalearse y a perder fuerza, desde los despachos, ya que el club de la ciudad departamental tiene 48 horas para conseguir el dinero necesario para poder competir en la élite del baloncesto en silla de ruedas. Una liga muy complicada que podemos considerar como la mejor liga de Europa.
El presidente del club, Álvaro Illobre, afirma que es «una verdadera pena tener que cortarles las alas a algunos jugadores de la cantera y parar su progresión por falta de dinero«. Illobre lanza un mensaje contundente a las administraciones a las que recuerda: «Hacemos un deporte minoritario, eso lo entiendo, pero además hacemos una gran labor social y va siendo hora de que las administraciones lo entiendan«. Apostilla, asimismo, que son necesarios recursos, ya que el baloncesto adaptado es “un deporte muy caro, no llega con unas camisetas y un balón. Se necesita mucho material específico de ortopedia y eso es costoso.»
Desde el club aseguran que si en 48 horas no sucede lo que ya considerarían un «milagro» tendrán que llamar a las oficinas de la Federación Española de Discapacitados Físicos (FEDDF) para comunicar la renuncia, por segundo año consecutivo, a la plaza que han obtenido por méritos propios en la élite del BSR nacional.