La exmujer del hombre acusado de agredirla sexualmente en 2.018, cuando ya estaban divorciados, ha ratificado su denuncia y ha confirmado que recibía continuos mensajes del hombre, en unos casos insultándola y en otros diciéndole que la quería y que quería retomar la relación.
«Igual doce llamadas al día», ha indicado en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de A Coruña, con Tribunal del Jurado, y por unos hechos que se produjeron, presuntamente, en abril de 2.018 en una vivienda de Narón . Con posterioridad, el hombre entró en la vivienda sin permiso de la mujer y la esperó hasta su llegada, según recoge el escrito del Ministerio Fiscal que le acusa de los delitos de allanamiento de morada, coacciones y agresión sexual.
Como la acusación particular, pide penas que suman 15 años y seis meses frente a la defensa para quien las relaciones sexuales fueron consentidas y niega coacciones. Solo admite que su cliente entró en la vivienda en diciembre de 2.018.
Ese día, según Fiscalía, el acusado, con problemas de alcoholismo, según relató él mismo en su declaración, tenía afectadas parcialmente sus capacidades volitivas. Sobre la víctima, precisa que presenta «estado de ánimo depresivo, ansiedad y miedo«.
DECLARACIÓN DE LA DENUNCIANTE
En su declaración, por videconferencia desde un juzgado de Ferrol, la mujer ha explicado que, tras 20 años casados, rompió con su entonces pareja «porque había malos tratos». Sí admitió que retomó después la relación hasta 2.015 y que «al principio» fue mejor «pero luego otra vez volvió a beber, a tener malos comportamientos», ha dicho aludiendo a «insultos y vejaciones».
A partir de ese año, explicó que se rompió la relación pero que no denunció episodios violentos que, según argumentó, hubo, porque el padre del acusado la acogió en su casa a ella y a sus hijos al no tener ella familia. Sobre lo sucedido en 2.018, ha manifestado que su expareja la «violó» y la «insultó», pero que ella tras lo sucedido se «quedó bloqueada» por lo que el hombre siguió en la casa hasta el día siguiente.
A preguntas de la fiscal, ha asegurado que se sentía intimidada por él y que los insultos por mensajes de móvil aumentaron cuando el acusado empezó a sospechar que tenía otra relación. Respecto al día que accedió a la casa donde ella vivía con sus hijos, dijo que la insultó y que decidió encerrarse en una habitación a la espera de que llegase la policía, aunque familiares del hombre, que vivían próximos a la casa, se lo llevaron antes.